Durante los últimos 30 años, los presidentes de los Estados Unidos de América, recién llegados a la Casa Blanca, han utilizado sus primeras llamadas telefónicas internacionales para promover la buena vecindad. Donald Trump llamó a Canadá y México al día siguiente para asumir el cargo. El predecesor, Barack Obama, favoreció a Canadá y, antes que a él, a George W. Bush, México. Solo Bill Clinton puso la geopolítica por encima de todo y llamó principalmente a Rusia e Israel.
Joe Biden, quien asumió el cargo hace un mes mañana, había llamado a 11 líderes extranjeros hasta ayer. «Parece preocupado por el restablecimiento de las líneas generales que han dominado la política exterior de Estados Unidos en las últimas décadas, y que Trump ha roto abruptamente», comentó el estadounidense José Gomes André a Expresso. «Es decir, reconstruir conexiones con aliados permanentes (como los grandes países europeos) y construir un arco diplomático basado en democracias fuertes y confiables para enfrentar los grandes desafíos geopolíticos».
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