«Estoy feliz de poder mostrar la ayuda de Varsovia a nuestros amigos ucranianos de una manera tan simbólica», dijo Rafal Trzaskowski a los periodistas en el lugar.
El «nido de espías» es un edificio que se construyó en la década de 1970 en la parte sur de la capital polaca. Con 10 pisos y decenas de apartamentos, sirvió como centro diplomático para los soviéticos antes de ser utilizado por la embajada rusa.
El alcalde de Varsovia entró en este centro acompañado por un funcionario y el embajador de Ucrania en Polonia. Un diplomático ruso también presente protestó contra esta medida.
«Hemos recuperado el llamado ‘nido de espías’ y queremos dárselo a nuestros huéspedes ucranianos», explicó Trzaskowski, usando el nombre del establecimiento, que se llama «Szpiegowo» en polaco.
Andrii Deshchytsia, embajador de Ucrania en Polonia, dijo que el centro «servirá a Ucrania y a los ucranianos muy pronto». «Podría haber una escuela o una guardería o apartamentos», dijo a los periodistas. “Queremos hacerlo legalmente, no como los rusos. No queremos ocupar nada antes de que se legalice su transferencia”, agregó el embajador.
En mal estado y prácticamente sin uso desde la década de 1990, este edificio se encuentra en el centro de una disputa legal sobre su propiedad entre Rusia y Polonia.
El edificio fue construido siguiendo los acuerdos firmados en 1974 entre Polonia y la Unión Soviética que permitieron a Moscú obtener nuevas propiedades en Varsovia.
Según este acuerdo, se suponía que el Kremlin proporcionaría propiedades similares a Moscú, lo que nunca sucedió.
En 2008, Varsovia canceló este pacto y exigió la devolución del edificio, medida avalada por un tribunal polaco en 2016, que también pedía a Polonia que indemnizara a Polonia por la ocupación ilegal con 7,8 millones de zlotys (aproximadamente 1,7 millones de euros).
Rusia, sin embargo, se ha negado hasta ahora a cumplir con el fallo judicial.
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