El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, anunció la apertura de una investigación formal de impeachment contra el actual presidente, Joe Biden. El proceso depende de un intento de demostrar la participación de Biden en los negocios turbios de su hijo, Hunter Biden, y en la concesión de beneficios fiscales. El cuadragésimo sexto presidente de Estados Unidos se suma a una lista de presidentes que han sido objeto de un proceso de impeachment y que incluye nombres como Thomas Jefferson, Harry S. Truman y todos los presidentes desde 1981, con la excepción de Barack Obama, como declaró el Washington Post.
McCarthy dijo que las investigaciones del Partido Republicano muestran «una cultura de corrupción» y que las «acusaciones de abuso de poder, obstrucción y corrupción justifican una mayor investigación por parte de la Cámara de Representantes».
La acción de los republicanos se basa principalmente en seis acusaciones formuladas por el presidente de la Cámara: la supuesta transacción de 20 millones de dólares para la familia Biden a través de empresas fantasma, el soborno aceptado por la familia Biden según un informante del FBI, la participación en cenas y llamadas telefónicas con los socios de su hijo, las transacciones financieras de la familia Biden consideradas sospechosas por los bancos estadounidenses, el uso del estatus de vicepresidente (bajo la administración Obama) en beneficio de los negocios de Hunter y, finalmente, las mentiras del presidente a la pueblo estadounidense sobre su ignorancia de los asuntos familiares. Sin embargo, hay cierta inconsistencia en estas declaraciones. Los propios republicanos, que han investigado a Biden durante los últimos nueve meses, han admitido que no pudieron encontrar pruebas claras de la interferencia del presidente.
“Equivalencia” con Trump
Sin duda, el intento de juicio político, combinado con la gran posibilidad de un juicio contra Hunter Biden en un año electoral, podría poner en peligro la campaña de reelección del presidente e impactar significativamente el resultado de las elecciones. Así, Donald Trump, favorito para ganar las primarias republicanas, tiene otro punto débil que aprovechar en caso de que se repita el shock electoral de 2020, y crea una cierta equivalencia, en términos de procedimientos legales, entre los dos candidatos.
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