El presidente Lula (PT) pidió cambiar sus planes de viaje a México para poder participar en la toma de posesión de la nueva presidenta del país, Claudia Sheinbaum.
Colaboradores del PT informaron esta semana a las autoridades mexicanas que Lula quisiera estar presente en las celebraciones por la toma de posesión del gobierno de Sheinbaum el 1 de octubre. Sin embargo, ambos gobiernos negocian desde hace meses los detalles de una visita oficial del petista a México, prevista para el 20 de septiembre.
Como no tendría sentido hacer dos viajes al mismo país en tan poco tiempo, la idea de Planalto es que Lula llegue a Ciudad de México el 30 de septiembre, último día del mandato del actual presidente Andrés Manuel. López Obrador.
Esto permitiría una reunión entre Lula y AMLO, como se llama al líder mexicano, en las últimas horas del fin de su gobierno.
La confirmación de los cambios en la agenda depende ahora del acuerdo del gobierno mexicano.
La promesa de Lula de visitar a AMLO es antigua y se hizo a principios de 2023 durante una llamada telefónica. Sin embargo, las relaciones entre los dos líderes de izquierda han tenido altibajos desde entonces y la prometida visita bilateral aún no se ha materializado.
La mayor decepción del gobierno de Lula con AMLO se produjo el 13 de agosto. Ese día, el mexicano declaró que ya no hablaría más con Lula y su par colombiano Gustavo Petro sobre la crisis política en Venezuela.
Brasil, Colombia y México vienen impulsando una acción diplomática conjunta desde las elecciones en Venezuela del 28 de julio. El dictador Nicolás Maduro fue declarado ganador por los órganos controlados por el chavismo, pero el resultado fue inmediatamente impugnado por la oposición.
Los tres países habían presionado para que el régimen publicara registros de votación que corroboraran los resultados, algo que el gobierno venezolano nunca hizo. Con la salida de México, la iniciativa diplomática continuó sólo con Brasil y Colombia.
AMLO dijo en su momento que era necesario esperar un pronunciamiento del TSJ (Corte Suprema de Justicia) de Venezuela, máximo órgano judicial del país y controlado por el chavismo, sobre los resultados electorales. El tribunal declaró ganador a Maduro el jueves, pero la crisis aún está lejos de tener una solución.
Los asesores de Lula que siguen la organización del viaje dicen que el cambio de fecha propuesto no está vinculado al hecho de que AMLO retiró a su país de la acción diplomática con Brasil y Colombia.
Sin embargo, el resultado práctico de un cambio de fecha debería ser una limpieza de la agenda en México. La participación de dignatarios extranjeros en la toma de posesión de Sheinbaum es ceremonial. La expectativa de quienes siguen el tema es que incluso la posible reunión con AMLO de la víspera tenga un carácter más simbólico.
Un interlocutor que sigue los preparativos dice que la perspectiva de un viaje oficial con pocos anuncios puede haber motivado la decisión de Lula de sustituir un viaje oficial por la participación en la toma de posesión de Sheinbaum.
Según esta persona, las negociaciones sobre posibles entregas entre los gobiernos de México y Brasil avanzan lentamente.
El plan inicial de Planalto era que Lula se reuniera con AMLO el 20 de septiembre en Ciudad de México. De allí viajará directamente a Nueva York, donde participará en la inauguración de la Asamblea General de la ONU.
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