ALa semana pasada, las autoridades ambientales mexicanas incautaron decenas de animales salvajes de un rancho en Huixquilucan, un suburbio al oeste de la Ciudad de México, y encontraron leones, tigres y lobos atrapados en la propiedad.
La operación tuvo lugar luego de que la policía mexicana fuera alertada de una «actividad sospechosa» en la zona relacionada con un robo de combustible.
En el inmueble, funcionarios de la PROFEPA, el organismo de protección ambiental, hallaron 25 animales exóticos -leones, pumas, un tigre de bengala y un lobo blanco- junto con otros siete animales muertos y varios ejemplares regionales.
Se incautaron un total de 47 animales, escribe la BBC, citando a PROFEPA.
También se encontró un contenedor que contenía 14.000 litros de gasolina, varios vehículos e incluso autobuses, creyéndose que el complejo pertenecía a una banda especializada en el robo y tráfico de combustible y vehículos.
La locutora británica explica que el tráfico de animales exóticos es una práctica común entre las organizaciones criminales en México, y varias de estas organizaciones tienen tigres y leones en jaulas como mascotas.
Aunque poseer animales exóticos no es ilegal en sí mismo, siempre y cuando estas compras sigan todas las regulaciones correctas, las autoridades mexicanas han advertido sobre un aumento en el tráfico de estos animales, que se mantienen en cautiverio en condiciones extremadamente hostiles y, para muchos, la el mero cambio de clima puede ser fatal.
Recientemente, la policía encontró un tigre en una propiedad donde estaba confinado, y en diciembre un escuadrón de tránsito encontró un tigre bebé durante una operación de inspección.
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