China pretende lanzar en 2028 un telescopio espacial dedicado a descubrir una Tierra 2.0, es decir, un planeta exactamente análogo al nuestro, con el mismo tamaño y la misma órbita, alrededor de una estrella similar al Sol.
La nave espacial, denominada Tierra 2.0, o simplemente ET, es una propuesta del Observatorio Astronómico de Shanghai, vinculado a la Academia de Ciencias de China, y fue presentada en una artículo científico publicado en CJSS (Revista China de Ciencias Espaciales).
Básicamente es una continuación de la misión Kepler de la NASA. Hasta la fecha, Kepler, el cazador de exoplanetas más exitoso, ha descubierto miles de mundos extrasolares. En su misión principal, entre 2009 y 2012, pasó cuatro años apuntando en la misma dirección en el cielo, monitoreando alrededor de 150.000 estrellas. La idea era detectar pequeñas reducciones de brillo debidas a los planetas que transitan delante de ellos, a medida que avanzan en sus órbitas.
A pesar de sus extraordinarios resultados, Kepler no tuvo la precisión suficiente para detectar un planeta exactamente igual a la Tierra, con el mismo tamaño, en una órbita con un período de un año, alrededor de una estrella de tipo G, como el Sol. Cuando detectó un planeta el. Un planeta del tamaño de la Tierra o menor invariablemente orbitaba alrededor de una estrella más pequeña. Cuando orbitaba una estrella como el Sol en una órbita similar a la de la Tierra, era invariablemente más grande.
Los extraterrestres chinos darán este paso adicional, con la capacidad de detectar análogos perfectos de nuestro planeta. Equipado con seis telescopios de 28 centímetros de apertura y de campo amplio, se colocará en una órbita alrededor del Sol similar a la que albergan actualmente otros telescopios espaciales, como el europeo Gaia y el estadounidense James Webb. Desde allí, apuntará en dirección a la misma región que sirvió de objetivo a Kepler. Pero, con mayor sensibilidad y campo de visión, podrá monitorear 2 millones de estrellas simultáneamente, durante cuatro años.
La estrategia es similar a la de Platón, un telescopio espacial desarrollado por la ESA (Agencia Espacial Europea), que volará un poco antes, en 2026. También está formado por múltiples telescopios de tamaño relativamente modesto (en este caso, 26 con una apertura de 12 cm), con el mismo objetivo: descubrir análogos de la Tierra.
ET, sin embargo, tiene una diferencia: también incluye un telescopio de 35 cm dedicado a detectar fenómenos conocidos como microlente gravitacional. En estas ocasiones, un objeto más pequeño, más cercano en el espacio profundo, en principio indetectable, pasa por delante de la luz de una estrella más lejana, que es amplificada por la gravedad antes de llegar a nosotros, como en una lente convencional. Detectando el tamaño de esta distorsión, es posible estimar la masa del objeto interpuesto entre el telescopio y la estrella más distante. Esto es lo que permite detectar exoplanetas errantes, aquellos que viajan a través del espacio interestelar, sin estar ligados a una estrella específica. El dispositivo podrá detectar mundos de este tipo incluso del tamaño (modesto) de la Tierra, lo que permitirá realizar un censo de cuántos de estos objetos deben existir vagando por la Vía Láctea.
Esta columna se publica los lunes en versión impresaen Folha Corrida.
Sigue a Sideral Messenger en Facebook, Gorjeo, Instagram y YouTube
ENLACE PRESENTE: ¿Te gustó este texto? Los suscriptores podrán acceder a siete accesos gratuitos desde cualquier enlace al día. Simplemente haga clic en la F azul a continuación.
«Aspirante a especialista en café. Solucionador de problemas. Fanático de los viajes. Creador. Apasionado aficionado a la televisión».