Aunque nuestra idea común sobre el Universo se basa en gran medida en películas, contrariamente a la creencia popular, la temperatura en el espacio es extremadamente fría.
Puede parecer más templado, o incluso caliente, teniendo en cuenta nuestra estrella rey, el Sol, que arde en todo el sistema. Sin embargo, el ambiente está helado.
Mientras que a una altitud de 12 mil metros sobre la superficie terrestre la temperatura media es de -50ºC, en el espacio exterior desciende hasta unos glaciales -270ºC, según indican los astrónomos.
En las órbitas terrestres, la temperatura fluctúa entre los -180ºC en la sombra de nuestro planeta y los 122ºC en la cara bañada por la luz solar.
¿Por qué la temperatura del espacio es tan fría?
Esta baja temperatura se produce principalmente por la falta de un medio conductor de calor como es la atmósfera terrestre, lo que implica que la regulación térmica se produce principalmente a través de la radiación térmica, principal mecanismo de transferencia de calor en el espacio.
La NASA explica que la generación de calor requiere interacciones. En otras palabras, debido a que el espacio está predominantemente vacío, carece de una composición atmosférica similar a la de la Tierra que pueda servir como conductora de calor.
Factores importantes
También hay otros factores que explican por qué la temperatura del espacio es tan fría. En primer lugar, el espacio está prácticamente desprovisto de materia.
Esto significa que no existen partículas en el espacio capaces de conducir el calor de un lugar a otro mediante procesos de convección o conducción térmica.
Además, aunque la radiación solar puede calentar objetos expuestos a la luz solar directa, en el espacio no existe una atmósfera que retenga este calor y la radiación térmica emitida por los objetos se dispersa rápidamente en el amplio vacío.
Finalmente, el espacio tiene mucha radiación cósmica de fondo, una forma de radiación electromagnética de baja energía que impregna el Universo.
Esta radiación contribuye aún más al enfriamiento de los objetos en el espacio al absorber su calor. En conjunto, estos elementos contribuyen a hacer del espacio un ambiente extremadamente frío.
¿Y en la Tierra?
En la superficie terrestre alcanzar tales temperaturas es imposible, ya que, si ocurriera, sería inviable habitar este planeta. Por tanto, el ambiente es uno de los principales motivos por los que no llegamos a estas cifras.
Sin embargo, no deben ignorarse los extremos térmicos absolutos registrados en nuestro planeta.
Las temperaturas más altas jamás documentadas en la Tierra superaron los 55°C.
Por otro lado, la temperatura más baja jamás registrada en la Tierra fue de aproximadamente -89,2 grados Celsius, observada el 21 de julio de 1983 en la Estación de Investigación de la Meseta Antártica en la Estación Vostok en la Antártida.
En otras palabras, incluso si la temperatura en el espacio es extremadamente fría, se disuelve en nuestra atmósfera. Pero vale la pena prestar atención, ya que el calentamiento global está cambiando esto. Y como atestiguan los científicos, grandes variaciones hacen que la Tierra sea inhabitable.
¿Qué pasa con la exploración espacial?
Quizás algunas personas se pregunten cómo es la exploración espacial con temperaturas tan negativas.
En este caso, los astronautas e investigadores que viajan al espacio no mueren congelados en el espacio debido a dos factores: el aislamiento térmico y los sistemas de control de temperatura de sus naves y trajes espaciales.
En primer lugar, las naves espaciales están equipadas con sistemas avanzados de control de temperatura que regulan el ambiente interno.
Estos sistemas utilizan tecnologías como aislamiento, intercambiadores de calor y sistemas de calefacción para mantener una temperatura estable y cómoda para los miembros de la tripulación.
El aislamiento térmico impide la transferencia de calor al exterior de la nave espacial, mientras que los intercambiadores de calor ayudan a disipar el calor generado por el funcionamiento de los equipos y por el propio cuerpo de los astronautas.
Además, los sistemas de calefacción proporcionan calor adicional cuando es necesario, especialmente en áreas donde el frío espacial puede ser más intenso.
En segundo lugar, la producción de trajes espaciales se centra en brindar protección contra las condiciones extremas del entorno espacial, incluido el frío.
Estos trajes están fabricados con materiales altamente aislantes que evitan la pérdida de calor del cuerpo de los astronautas al ambiente exterior, especialmente teniendo en cuenta la temperatura del espacio.
Además, el equipo cuenta con una calefacción interna altamente desarrollada, que ayuda a mantener calientes a los miembros de la tripulación durante las actividades dentro y fuera de los vehículos.
En otras palabras, cuando los humanos están expuestos directamente al vacío del espacio, están protegidos.
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