Tras el partido contra el Penafiel (2-0), por la Copa de la Liga, los jugadores del Benfica iniciaron un periodo de diez días de descanso, y la mayoría aprovechó para cambiar de escenario, escapar de la rutina y pasar unos días con ritmo de vacaciones, como si fuera verano.
Algunos brasileños volaron a su país para saciar su añoranza, Rafa también disfrutó de la arena en Río de Janeiro, Musa fue a Dubai, André Almeida visitó Disneyland Paris, Paulo Bernardo fue a ver la casa de los New York Knicks, el majestuoso Madison Square Garden , Helton Leite buscó el calor, Lucas Veríssimo y Florentino prefirieron pisar suelo africano.
Con el Benfica a la cabeza y el trabajo hecho, y bien hecho, de los jugadores, el técnico alemán de los reds no dudó en mandar a todos de minivacaciones. El alemán también tiene una filosofía abierta en este capítulo de la vida de los jugadores y entiende que debe haber una relación equilibrada entre trabajo y descanso. No se alinea en los entrenamientos, entrenamientos, entrenamientos, prácticamente sin descanso para los jugadores, lo que en el pasado reciente del Benfica le ha costado muchas críticas a entrenadores como Jesús. .
Y Roger Schmidt se ha aprovechado de esta idea, porque los jugadores se sienten recompensados y al mismo tiempo obligados a superar la prueba de la confianza.
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