Foto: Jiri Krenek/Mercedes
Después del GP de Japón de Fórmula 1, donde volvió a quedar lejos del podio, Mercedes mostró cierto optimismo. Andrew Shovlin, director de ingeniería de pista del equipo, destacó los aspectos positivos de un mejor equilibrio y estabilidad del coche. Sin embargo, el directivo reconoce que es necesario mucho trabajo, especialmente con la llegada del GP de China, que representa un desafío sin precedentes para los equipos.
Hace cinco años, la última vez que la Fórmula 1 corrió en Shanghai. “Es un gran desafío. No sólo hemos estado fuera de carrera por un tiempo, sino que también nos dirigimos directamente a una carrera Sprint, con el nuevo formato de dos parques cerrados”, dijo Shovlin.
Con sólo una sesión de entrenamientos libres programada, que puede desarrollarse con pista mojada dependiendo de la previsión meteorológica, el tiempo de adaptación del coche es corto. Para los equipos de F1, acostumbrados a minimizar las variables, Shanghai podría convertirse en una gran sorpresa.
Shovlin explica cómo Mercedes lidia con la falta de datos: “Nos fijamos en los datos históricos, pero no hemos llegado allí con esta generación de coches. Los neumáticos y la aerodinámica son diferentes, por lo que queda mucho trabajo por hacer. La mayor parte se hace en simulación, pero también revisamos notas antiguas, observando cómo se comportan los neumáticos en cuanto a desgaste, para intentar hacernos una idea.
Tantas incertidumbres podrían hacer que la carrera sea interesante, cree Shovlin: “Sólo tenemos una hora de entrenamientos libres antes de la sesión de clasificación para la carrera Sprint. Es un gran desafío, pero también es divertido y hay una buena motivación para trabajar en ello. Si ajustamos el coche correctamente, las oportunidades en una carrera Sprint siempre son mayores, porque alguien puede cometer un error”, añadió Shovlin.
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