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El gobierno de Italia ha iniciado una investigación sobre los efectos de los alimentos sintéticos en la salud humana, en un movimiento que también tiene como objetivo proteger la producción agrícola del país.
Según el ministro italiano de Agricultura y Soberanía Alimentaria, Francesco Lollobrigida, la realización del estudio ya ha sido aprobada por un consejo de investigación vinculado a la cartera.
El objetivo, según él, es «comprender cuáles serían los efectos de los productos elaborados en el laboratorio» para saber si «no dañan o perjudican a nuestros compatriotas desde el punto de vista de la salud».
«Creo que es un paso adelante», declaró el ministro durante un congreso en Roma.
El evento fue promovido por la Confederación de agricultores de Coldiretti, que ya reunió 200.000 firmas para pedir la aprobación de una ley que prohíbe la producción y comercialización de alimentos sintéticos en Italia, incluida la carne hecha en un laboratorio.
«Las mentiras sobre la comida de probeta confirman que existe una estrategia de las multinacionales para modificar los estilos de comida natural basados en la calidad y la tradición», dijo el presidente de Coldiretti, Ettore Prandini, llamando a los productos sintéticos «comida Frankenstein».
La diputada y coordinadora de la Alianza Verde-Izquierda, Eleonora Ivi, acusó a la ministra Lollobrigida de «oscurantismo» y dijo que los alimentos sintéticos «pueden contribuir a solucionar algunos problemas», siempre que las patentes no estén acaparadas por las multinacionales.
“No hay riesgo de contaminación por virus y bacterias, uso de antibióticos y maltrato a los animales, además de reducir significativamente la cría [de gado] intensivo”, dijo.
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