Los científicos del famoso Laboratorio Lunar y Planetario (LPL) de la Universidad de Arizona hicieron un descubrimiento sorprendente cuando encontraron pequeños cristales de sal de mesa en una muestra de asteroide. Estos cristales podrían ser la clave para desentrañar el misterio del origen del agua en nuestro planeta.
Según los investigadores, la formación de estos cristales solo es posible en presencia de agua líquida, lo que indica claramente que los asteroides que contienen estos cristales de sal podrían haber traído agua a la Tierra.
Con un enfoque aún más incisivo, los científicos realizaron un análisis en profundidad de muestras tomadas del asteroide Itokawa durante la misión Hayabusa, realizada por la Agencia Espacial Japonesa en 2005 y devuelta a la Tierra en 2010.
Según Tom Zega, profesor de ciencias planetarias en LPL y autor principal del estudio, los granos encontrados en las muestras se parecen mucho a los cristales de sal de mesa observados bajo un microscopio electrónico.
Estos cristales tienen forma cuadrada y diferenciada. El resultado fue bastante sorprendente y generó discusiones acaloradas en las reuniones del grupo de investigación debido a su naturaleza casi irreal.
Los resultados de esta investigación desafían las suposiciones anteriores y revelan que los asteroides de tipo S, que anteriormente se pensaba que estaban secos en términos de minerales que contienen agua, de hecho pueden contener una cantidad significativa de humedad.
El origen del agua
Durante muchos años, las condritas comunes, una clase de meteoritos, se han considerado una fuente poco probable de agua para la Tierra. Sin embargo, este descubrimiento desafió la hipótesis, sugiriendo que estas condritas podrían, de hecho, contener minerales junto con agua.
Esta revelación tiene implicaciones importantes para nuestra comprensión del origen del agua en nuestro planeta y desafía las ideas preconcebidas sobre la composición de estos meteoritos.
Según Zega, las muestras examinadas son de un tipo de roca espacial llamada condrita común, que proviene de asteroides de tipo S como Itokawa.
Estas condritas comunes representan alrededor del 87% de los meteoritos recolectados en nuestro planeta. Hasta ahora, solo una pequeña proporción de estos meteoritos contenía minerales acuíferos.
Hoy en día, existe un amplio consenso científico de que la Tierra, junto con otros planetas rocosos como Marte y Venus, formaron una nube arremolinada de gas y polvo en la región interior de la nebulosa solar.
Según el autor principal de esta línea de estudio, Shaofan Che, el agua presente en la Tierra procedía de los confines de la nebulosa solar, donde las temperaturas eran más bajas y permitían que el agua se convirtiera en hielo.
Se cree que los cometas o asteroides de tipo C de regiones más distantes de la nebulosa migraron hacia el interior y llevaron agua a la Tierra a través de impactos. Esta es la explicación más plausible de la presencia de agua en nuestro planeta.
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