En un informe publicado este viernes, la Agencia Espacial Europea (ESA) contabiliza más de 30.000 piezas de basura espacial en órbita terrestre que son identificadas y monitorizadas regularmente por las redes de vigilancia. El informe de 2022 de la ESA sobre el medio ambiente espacial, que registra 30.920 piezas de basura en la órbita terrestre, señala que la cantidad de basura espacial sigue subiendo.
Según el informe, cada vez se lanzan más satélites al espacio, a saber, constelaciones de pequeños satélites de comunicaciones, y pocos se retiran de la órbita terrestre baja «muy concurrida» después del final de su misión.
Según la ESA, hay 8300 satélites en el espacio, de los cuales 5400 están activos. Muchos satélites necesitan ser de vida de objetos (cohetes, naves espaciales, satélites…) lanzados hace varias décadas y fragmentados. En abril, uno de los satélites del programa europeo de observación de la Tierra Copernicus tuvo que realizar una maniobra para evitar colisionar con un fragmento de un cohete lanzado hace 30 años.
El informe de la ESA estima en más de 630 el número de rupturas, explosiones, colisiones o eventos anormales que llevaron a la fragmentación. No todos los desechos espaciales están catalogados y rastreados. Basándose en modelos estadísticos, la ESA estima que hay 36.500 piezas de escombros de más de 10 centímetros, más de un millón con un tamaño que varía entre 1 y 10 centímetros y 130 millones con 1 milímetro a 1 centímetro.
Programada para su lanzamiento en 2025, la misión ClearSpace-1 será la primera de la ESA dedicada a eliminación de desechos espacialesen este caso una pieza de cohete enviada en 2013.
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