Donald Trump obtuvo cientos de millones de dólares en préstamos a partir de estados financieros que un tribunal consideró fraudulentos, según un empleado bancario jubilado que testificó el miércoles en el juicio civil por fraude del expresidente estadounidense.
Las declaraciones sobre la situación financiera de Trump fueron claves para la aprobación de un préstamo de 125 millones de dólares en 2011 para su campo de golf en Doral, Florida, y de un préstamo de 107 millones de dólares (unos 100,7 millones de euros) en 2012 para su hotel y rascacielos en Chicago. testificó Nicholas Haigh, ex jefe de gestión de riesgos del Deutsche Bank.
Esas declaraciones también ayudaron a Trump a conseguir préstamos más grandes y tasas de interés más bajas, dijo Haigh, quien dirigió el grupo de riesgo dentro de la unidad de gestión de patrimonio privado del banco de 2008 a 2018.
En septiembre, un juez dictaminó que Trump y su compañía, la Organización Trump, cometieron años de fraude al exagerar el valor de los activos y el patrimonio neto de Trump en los estados financieros que entregó a bancos, compañías de seguros y otros para realizar negocios y garantizar préstamos. Allen Weisselberg, director financiero de Trump desde hace mucho tiempo, reconoció en un testimonio el martes que la información contenida en los estados financieros no siempre era precisa.
Trump niega haber actuado mal y señala advertencias en los documentos que, según él, advierten a los acreedores que hagan sus propios deberes. Trump dijo que los bancos con los que hizo negocios no resultaron perjudicados, ganaron mucho dinero con sus transacciones y «hasta la fecha, no tienen quejas».
Haigh está testificando en el juicio por fraude de la fiscal general de Nueva York, Letitia James, contra Trump, su empresa y sus altos ejecutivos. Esta es la primera vez que un empleado de un banco testifica ante un tribunal sobre el impacto de los estados financieros de Trump en su capacidad para obtener préstamos.
Las reglas del Deutsche Bank exigían que Trump actuara como garante de los préstamos de Doral y Chicago, y que presentara el complejo hotelero de Miami y el rascacielos de Wabash Ave como garantía, lo que significaba que tendría que pagar los préstamos en caso de quiebra de sus propiedades.
La unidad de gestión de patrimonio privado del Deutsche Bank, que manejó los préstamos, no los habría aprobado sin una «fuerte garantía financiera» de Trump, dijo Haigh. Haigh dijo que revisó los estados financieros de Trump antes de aprobar los préstamos y que en ese momento no tenía motivos para dudar de su validez.
Los documentos describen a Trump como un rico hombre de negocios que invirtió mucho en campos de golf y otros bienes raíces, con un fuerte flujo de caja y poca deuda, dijo Haigh.
Representantes del Deutsche Bank también se reunieron con ejecutivos de la Organización Trump para revisar la información, añadió. «Supuse que las representaciones de activos y pasivos eran en gran medida precisas», dijo Haigh sobre los estados financieros de Trump.
Los estados financieros de Trump para 2011 indicaron que su patrimonio neto era de 4.300 millones de dólares (alrededor de 4.000 millones de euros). Haigh dijo que utilizó esa cifra para establecer una condición de préstamo que exigía que Trump, como garante, mantuviera un patrimonio neto mínimo de 2.500 millones de dólares, excluyendo cualquier cantidad derivada de su celebridad.
Trump, el principal candidato republicano en las elecciones del próximo año, asistió a los primeros tres días del juicio la semana pasada, viendo testimonios, consultando con abogados y quejándose del caso ante las cámaras de televisión fuera de la sala del tribunal. Se espera que regrese al tribunal como testigo al final del juicio.
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