Francia corre contrarreloj y se moviliza para ayudar a las belugas en el Sena

El mamífero marino se encuentra entre dos esclusas a medio camino entre París y el puerto de Le Havre, donde desemboca el Sena.

Las autoridades francesas emitieron una advertencia y pidieron a «toda la población que no intente acercarse ni entrar en contacto con el animal».

“Incluso un acercamiento muy cauteloso es difícil, porque el animal hace muchos cambios de dirección”, explica Gérard Mauger, vicepresidente del Grupo de Estudio de Cetáceos de Cotentin (GEEC).

La beluga de hoy tuvo “el mismo comportamiento que ayer [quinta-feira]es muy esquivo, hace apariciones muy cortas en superficie, seguidas de largas apneas”, añade el directivo.

El Sena, «muy contaminado» y «muy ruidoso» debido al intenso tráfico marítimo, «no es muy acogedor» para los cetáceos sensibles al ruido, precisa la asociación Sea Shepherd.

La víspera, el estado de salud de la beluga, que alcanza los cuatro metros de longitud en la edad adulta, fue considerado «preocupante» por la prefectura de Eure, el departamento del noroeste de Francia donde se avistó al animal.

En mayo, una orca se metió en problemas en el Sena. Las operaciones para intentar salvarlo fracasaron y el animal acabó muriendo de hambre. La autopsia confirmó el «mal estado físico» de la orca, una hembra «inmadura» de más de cuatro metros y 1.100 kilos, y reveló una bala alojada en la base del cráneo del mamífero.

Este triste resultado «es lo que queremos evitar con la beluga. Para nosotros, necesitamos hacer una prueba de ADN rápidamente para averiguar su origen y proceder con una reubicación», dijo a la AFP el presidente de Sea Shepherd, Lamya Essemlali.

Según el observatorio Pelagis, especializado en mamíferos marinos, esta es la segunda beluga encontrada en Francia después de que un pescador del estuario del Loira (centro) capturara sin darse cuenta una en sus redes en 1948.