Giorgia Meloni, la ultra se prepara para dirigir Italia – Opinión

Giorgia Meloni, la ultra se prepara para dirigir Italia – Opinión

Todos los partidos de la derecha italiana forzaron la caída del gobierno de Mario Draghi porque las encuestas a favor y anunciar una alta probabilidad de un gobierno de derecha, formado por dos partidos ultra (Fratelli d’Italia y Lega) y la derecha más tradicional, Forza Italia de Berlusconi.

El partido Fratelli d’Italia, fundado por Giorgia Meloni, lidera las encuestas con el 23% de las intenciones de voto. Está codo con codo con el Partido Demócrata de centroizquierda (22%).

El parlamento de Italia, aún muy fragmentado, obliga al gobierno de Roma a ser siempre un gobierno de coalición, lo que contribuye al tradicional mandato corto de todos los primeros ministros: el gobierno número 68 de Italia en 76 años. Mario Draghi formó un gobierno con siete partidos y después de 17 meses se rompió la unidad.

Aunque las encuestas ponen a dos fuerzas totalmente opuestas (los ultras Fratelli d’Italia y los socialdemócratas del Partido Demócrata) claramente a la cabeza y casi a la par, de momento sólo la derecha está consiguiendo socios para formar mayoría para gobernar: la Liga. , del nacionalista Matteo Salvini tiene el 15% de las intenciones de voto y Forza Italia de Berlusconi, en eterno retorno, aparece con el 8%.

En la izquierda, el Partido Demócrata, tras cortar lazos con el antiguo aliado del Movimiento 5 Estrellas (en tres años cayó del 32% al 12%) porque este grupo inestable traicionó al gobierno de unidad nacional de Draghi, tiene afinidades únicamente con pequeños partidos que valen del 2 al 4%.

La fuerza del apoyo sitúa a Giorgia Meloni como líder natural del bloque de derecha y favorita para encabezar el gobierno tras las elecciones anticipadas del 25 de septiembre.

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Giorgia Meloni, de 45 años, tiene el mérito de la constancia: siempre se ha posicionado en la derecha más radical y social. Nació en Garbatella, uno de los barrios más populares de Roma y con tradición reivindicativa. El padre de Meloni se fue de casa cuando ella tenía 12 años, la familia luchó por encontrar recursos y ella, a los 17, comenzó a trabajar como camarera en un club nocturno.

Conoció a mucha gente, muchos de los asistentes al club eran políticos. La recomendaron a Berlusconi quien, en 2003, la llamó, cuando tenía 29 años, Ministra de la Juventud.

Pero este gobierno, como otros bajo Berlusconi, rápidamente se deterioró. Berlusconi, conocido por los partidarios como Il Cavaliere y los opositores como Il Caimano, había fundado un conglomerado político identificado como Popolo della Libertà (PdL) que unía a la derecha para gobernar Italia. Entre los partidos de esta coalición figuraba la Alianza de Francesco Fini, dentro de la cual pesaban muchos herederos del MSI, el movimiento social heredero del fascismo de Mussolini.

Cuando cayó el gobierno de Berlusconi -lo reemplazó el gobierno técnico de Mario Monti, exgobernador del Banco de Italia-, Meloni dudó entre unirse a Alianza o pasarse a un nuevo partido.

Durante mucho tiempo ha girado en torno a Alianza, pero este partido ha sido eclipsado, devorado por tensiones internas entre la base posfascista y la dirección con convicciones democráticas.

Meloni decide asociarse con amigos para fundar en 2011 Fratelli d’Italia, el nombre no oficial del himno nacional. Es un partido popular con una visión radical contra la inmigración y por la defensa de los valores cristianos en Europa. Tiene una gran simpatía por el partido Ley y Justicia de Polonia. Meloni grita en los mítines «Dios, patria y familia».

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En Italia, los Fratelli de Meloni ocupan gran parte del espacio conquistado por la Liga de Salvini. Destacan porque Salvini es admirador de Putin y Meloni es atlantista. Salvini se centra en el norte de Italia, Meloni se centra en todo el país. Los dos partidos, Lega y Fratelli, tenían muchos vasos comunicantes.

El punto de inflexión de la separación se produjo a principios del año pasado, cuando se formó el gobierno de unidad nacional de Mario Draghi. Salvini ingresó, Meloni optó por quedarse en la oposición.

Con esta elección, Meloni pasó del 6,4% en las elecciones europeas de mayo de 2019 al ahora 23% en las encuestas. El crecimiento de Meloni está a la altura de lo que perdió Salvini en esos tres años.

El electorado que en 2019 creía reconocerse en Salvini, ahora lo prefiere porque siempre ha mostrado constancia.

Así es como Giorgia Meloni, una mujer del pueblo como siempre se presenta, una nacionalista que habla claro y dice lo que le gusta escuchar a la gente enfadada, está al frente de las apuestas para gobernar Italia, desde el próximo otoño.

Los líderes que se sentaron a la mesa del Consejo Europeo y que se sintieron cómodos y seguros con la competencia financiera y la sabiduría cómplice de Mario Draghi ahora tendrán los pelos de punta ante la perspectiva de un giro político drástico en la gestión del gobierno italiano. No será una provocadora como Le Pen de Francia, pero la ideología -a excepción de su relación con Putin, que Meloni desprecia- es similar.

Un dato a tener en cuenta: el apoyo más fuerte para Meloni proviene de las generaciones extremas, los mayores y los más jóvenes. Meloni, madre soltera, publicó una autobiografía, Io sono Giorgia. Los DJs han seguido promocionando el libro en las redes sociales y así multiplicar su éxito en ventas y popularidad.

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Ahora son dos meses de intensa campaña política en Italia. El enfrentamiento dominante será entre los Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni y el Partido Democrático de Enrico Letta. Es un duelo entre la derecha ultranacionalista y una especie de PS italiano.

Algunos politólogos anticipan que Fratelli d’Italia es un fenómeno político efímero como el Movimiento 5 Estrellas y la Liga, que en tres años han perdido la mitad de su electorado. También creen que la estabilización del panorama político italiano aún no es segura, después de décadas de dominación por parte del PSI y la eclipsada Democracia Cristiana.

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