En junio de 2022, los astrónomos detectaron la explosión de radio galáctica más brillante jamás observada. Ahora, más de dos años después, los científicos finalmente parecen haber descubierto su origen.
Según observaciones del Telescopio Espacial Hubble, la explosión provino de un grupo de galaxias antiguas que parecen estar fusionándose.
El descubrimiento sorprendió a los científicos. Esto se debe a que la gran mayoría de las ráfagas de radio rápidas (FRB) conocidas provienen de galaxias aisladas mucho más cercanas a la Tierra.
«Se necesitó la gran agudeza y sensibilidad del Hubble para identificar exactamente de dónde venía la FRB». dijo en un comunicado La astrónoma Alexa Gordon, de la Universidad Northwestern (EE.UU.), investigadora que dirigió las observaciones.
FRB 20220610A fue detectado el 10 de junio de 2022. Imagen: NASA/Reproducción
“Sin las imágenes del Hubble, seguiría siendo un misterio si esto se originó en una galaxia monolítica o en algún tipo de sistema interactivo. Son este tipo de entornos los que nos están llevando a una mejor comprensión del misterio de los FRB”, añadió. Según el modelo monolítico para explicar el surgimiento de las galaxias, se formaron y evolucionaron de forma aislada por el colapso de grandes nubes de gas.
Por tanto, continúa la búsqueda del origen de las ráfagas de radio rápidas. Los investigadores esperan avances importantes cuando nuevos radiotelescopios más potentes entren en funcionamiento a finales de esta década, como el telescopio Square Kilometer Array que se está construyendo actualmente.
Entender qué son los FRB
Descubiertos por primera vez en 2007, se creía que los FRB eran causados por eventos únicos, como la explosión de estrellas, pero el descubrimiento de FRB repetidos ha obligado a los científicos a repensar el concepto.
Las teorías actuales incluyen estrellas de neutrones que giran rápidamente con fuertes campos magnéticos (conocidos como magnetares), fusiones de objetos superdensos, agujeros negros supermasivos e incluso actividad de civilizaciones extraterrestres.
Las ráfagas de radio rápidas muestran una dispersión dependiente de la frecuencia consistente con la propagación a través de un plasma ionizado. En apenas un milisegundo, una sola explosión libera más energía de la que emite nuestro Sol en 80 años.
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