El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, pronunciará su discurso sobre el estado de la nación este sábado, en un momento en el que el país atraviesa una grave crisis política.
Hungría se ha visto sacudida por la repentina dimisión de las dos mujeres más populares y exitosas del partido del primer ministro, fuertemente dominado por hombres.
La presidenta Katalin Novak y la ex ministra de Justicia Judit Varga asumieron la responsabilidad de la decisión de conceder el indulto a Endre K, ex subdirector de un orfanato estatal, que fue detenido por persuadir a niños de que retiraran su testimonio contra el director del orfanato por abuso sexual.
Estuvo entre las 25 personas indultadas por el presidente durante una visita del Papa Francisco el año pasado. Pero su nombre no se hizo público hasta el día 2.
La cuestión se ha vuelto profundamente problemática para un gobierno que ha hecho de la protección de los niños y de los valores familiares tradicionales una piedra angular de su política. Así, Orbán ha sido duramente criticado por la forma en que gobierna el país.
La doble renuncia, que se produjo en medio de crecientes protestas, privó a Orbán de dos aliados muy diferentes pero esenciales.
El presidente Novak irradiaba una imagen de “madre de la nación”, estrechamente identificada con las políticas populares destinadas a alentar a las parejas a tener más hijos. Se suponía que Judit Varga lideraría el partido gobernante Fidesz en la batalla contra los “burócratas de Bruselas” en las elecciones europeas de junio: renunció como parlamentaria y se retiró de la vida pública.
