Los líderes de estos partidos se reunieron hoy en la residencia del magnate, Villa Grande, para definir una estrategia común para la elección del nuevo jefe de Estado, a través de la votación en el parlamento, cargo al que aspira Mario Draghi, actual primer ministro. también favorable. fijado.
Además de Silvio Berlusconi, en el encuentro participaron socios de la extrema derecha -Mateo Salvini, de la Liga, y Giorgia Meloni, de los Hermanos de Italia-, así como dirigentes de otros partidos de expresión más restringida, como el de la UDC. Lorenzo Cesa (centro-derecha).
Los aliados acordaron designar a Berlusconi como «la figura adecuada» para ocupar el máximo cargo estatal «con la autoridad y la experiencia que el país merece y que los italianos esperan».
Para ellos, la figura del presidente de la República debe asegurar «diligencia, equilibrio y prestigio internacional», características que la derecha italiana aprecia en el político que ha sido tres veces presidente del Gobierno.
Estos partidos instaron a Berlusconi a anunciar su candidatura al cargo, a lo que el magnate se negó.
El 24 de enero, el parlamento italiano se reúne en sesión común -320 senadores, 630 diputados y 58 delegados regionales- para elegir al reemplazo de Sergio Mattarella como jefe de Estado para los próximos siete años.
La elección del Presidente de la República requiere el voto de las dos terceras partes del parlamento, pero después de la cuarta votación, es suficiente la mayoría absoluta, es decir, 505 votos.
Los números son altos e implican una «convergencia obligatoria» entre el bloque de derecha y el de izquierda, dijo hoy el secretario general del Partido Demócrata (PD), Enrico Letta.
Berlusconi, cuya carrera política ha estado envuelta en polémicas, excesos y condenas, no garantiza la necesaria armonía entre las facciones.
El bloque de izquierda, encabezado por el PD y el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), negó hoy cualquier apoyo parlamentario a Silvio Berlusconi.
«Silvio Berlusconi como presidente de la República es una opción inaceptable e impensable para nosotros», dijo en las redes sociales el líder del M5S, Giuseppe Conte, donde pidió que la «derecha no bloquee a Italia», aferrada a su candidatura.
El secretario general del PD, Enrico Letta, defendió la necesidad de «una personalidad eminente» y un nombre «compartido por todos».
El partido izquierdista Libres e Iguales también subrayó en un comunicado que «la candidatura de Berlusconi es francamente inadmisible y contraria a lo necesario en esta etapa difícil y compleja de la historia nacional».
A pesar de estas reacciones, el exprimer ministro está centrado en la cuarta vuelta de votaciones, cuando la necesidad de votos se reduce considerablemente.
A pesar de los alrededor de 450 votos de sus aliados, Berlusconi pretende ganar el apoyo de otras fuerzas políticas.
En los últimos días ha habido conversaciones telefónicas con diputados y senadores pertenecientes a partidos pequeños, sin bancada propia, o que han abandonado sus fuerzas políticas.
Enrico Letta ya ha confirmado que Berlusconi se puso en contacto con diputados de su partido.
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