La visita de Draghi a los Laboratorios Nacionales en Gran Sasso volvió a poner de relieve el mundo científico italiano y la necesidad de que cada vez más mentes jóvenes trabajen en todas nuestras instituciones científicas.
La escuela es donde debe crecer la pasión por la ciencia en las nuevas generaciones, pero también es la que más ha sufrido las restricciones impuestas por la pandemia provocada por el Covid-19. Pequeños signos de una vuelta a la normalidad empiezan a aparecer con museos y talleres educativos ya abiertos al público y a los alumnos de cada colegio.
La Escuela Secundaria Científica de Arzachena (iis Falcone Borsellino) ha organizado un curso educativo para estudiantes en los últimos años, dedicado a la ciencia. El primer paso fue llevar a los alumnos a visitar los laboratorios del INFN (Instituto Nacional de Física Nuclear) ubicados en las profundidades de la mina Sos Enattos, en Lula. Así, los investigadores del Proyecto Arquímedes demostraron las nuevas fronteras de la física, el primer paso para nombrar el sitio para albergar el laboratorio más grande para la investigación de ondas gravitacionales: el telescopio Einstein.
La Universidad de Cagliari, con el laboratorio de los Departamentos de Física y Química de la época, fue el lugar donde los estudiantes pudieron conocer las investigaciones realizadas en Cerdeña y realizar experimentos didácticos en los museos de la ciudad universitaria de Monserato. El último lugar visitado en el marco de este proyecto educativo fue el Planetario Unione Sarda. Como resultado de la revolución científica de Galileo Galilei, hemos llegado al día de hoy para enfrentar el asombroso misterio de la materia oscura y la energía oscura. Dos de los grandes misterios del universo, mentes nuevas y jóvenes esperan ser revelados por completo.
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