domingo, septiembre 29, 2024
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La increíble arquitectura biomimética de la galería de arte SFER IK en México

¿Qué pasaría si la arquitectura del futuro fuera fluida, orgánica y estuviera imbuida de una conexión más fuerte con la Tierra? La galería de arte al aire libre SFER IK en Tulum, México, nos da una idea de cómo podría verse esto a través de la arquitectura biomimética.

Fundado por Santiago Rumney Guggenheim y diseñado por Jorge Eduardo Neira Serkel, SFER IK se considera una nueva forma de abordar los espacios de las galerías, que permite a los visitantes interactuar con el arte en lugar de aislarlo en un cubo blanco.

SFER IK fue diseñado como un espacio multidisciplinario que ofrece exploración artística y busca inspirar a los creadores. Es un lugar que genera un diálogo entre artesanos, comunidades locales y artistas de talla mundial, al mismo tiempo que suma a estas conversaciones a los habitantes de la naturaleza y la selva.

De esta manera, el arte casi cobra nueva vida donde sea que se muestre, cambiando ligeramente en diálogo con el entorno en lugar de permanecer estático. SFER IK se completó en noviembre de 2018. Todo el proceso tomó solo 9 meses, con 480 personas trabajando en turnos dobles para construir los 1100 metros redondos.

El desarrollo de este proyecto fue orgánico. No se siguió ningún plan arquitectónico, ya que no habría permitido que floreciera la creatividad. ¡El espacio en sí ya es una increíble obra de arte! La arquitectura biomimética es una corriente contemporánea que busca soluciones sustentables en la naturaleza, no solo reproduciendo sus formas, sino entendiendo las normas que la rigen.

Ubicado en el hermoso complejo ecológico azulik En medio de pueblos naturales hechos de las mismas vides nativas de bejuco, SFER IK parece casi algo que un pájaro o un animal habrían creado, lleno de formas naturales aparentemente inspiradas en hojas y pétalos de flores.

Las enredaderas se entretejen en paredes de listones arqueados para formar una estructura abovedada, y grandes aberturas circulares revelan vistas de la jungla en el exterior. El cemento es intencionalmente acústico, produciendo ecos de la actividad interna para incorporar el sonido a la experiencia. Se anima a los visitantes a quitarse los zapatos para experimentar las texturas del espacio con la piel.

Se utilizaron cuatro materiales principales para la construcción del SFER IK. La estructura estaba hecha de madera de zapote. Árbol que se encuentra en la península de Yucatán, también conocido como chicle porque la resina que se extrae de su corteza es el principal componente de la goma de mascar. El segundo material es la fibra de vidrio, que recubre toda la estructura que actúa como aislante.

Finalmente, el bejuco y el cemento, que son los materiales predominantes en el espacio. El bejuco es una vid que, al igual que el zapote, se origina en la selva de la región. Este material ha sido procesado manualmente por la población local, los bejuqueros, que juegan con la flexibilidad de la vid para obtener las formas orgánicas que requiere el espacio.

El cemento se aplicó mediante una técnica manual denominada ferrocemento. Es un proceso similar al utilizado en la escultura, donde se ensambla una base con malla de alambre y se rellena con una mezcla de cemento, arena y agua. A lo largo del proceso, los trabajadores mayas aportaron sus conocimientos ancestrales de materiales y tipos de construcción. Gracias a esto, se logró evitar el uso de maquinaria pesada, reduciendo así el impacto ambiental.

La cúpula, la estructura principal, fue la primera parte que se completó. Fue un proceso de 2 meses durante el cual se colocaron los pilares de madera de zapote, alcanzando una altura de 15 metros y un diámetro de 25 metros. Unidos, estos postes gigantes insinuaban en qué se convertiría el proyecto. En el interior, la selva permaneció intacta, todos los árboles permanecieron en su lugar y la topografía se mantuvo en su estado original.

La construcción integraba naturaleza y espacio, conviviendo sin destruir nada. Una vez que se definieron los límites de la cúpula, comenzó el diseño interior. Se colocaron tuberías de PVC para materializar lo previamente imaginado, en el mundo físico. Todo el equipo trabajó con flexibilidad y estaba dispuesto a cambiar de rumbo. El SFER IK se construyó en la misma dirección, evitando juntas y creando la ilusión de que todo está en una sola pieza.

Este espacio único con arquitectura biomórfica es la prueba de que cualquier cosa que imaginemos puede ser posible si pensamos diferente, con creatividad y flexibilidad. Hay que estar preparado para cambiar rápidamente y dejarse sorprender por la imaginación.

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