Los científicos de los Estados Unidos han inventado un sensor que se puede implantar en el cerebro y le permite pensar en letras y verlas aparecer escritas en la pantalla de una computadora. La tecnología podría dar a las personas paralizadas la capacidad de comunicarse por escrito sin usar las manos y más rápido que otras interfaces, dijo la investigadora de la Universidad de Stanford Krishna Shenoy, una de las autoras del estudio publicado el miércoles en la revista científica. Naturaleza.
Para este estudio, los investigadores descifraron actividad neuronal que ocurre en el cerebro tratando de escribir letras a mano e implantar un sensor en el cerebro de una persona paralizada por una lesión en la columna cervical.
Luego, utilizaron un algoritmo para identificar las letras cuando el voluntario intentó escribirlas, traduciendo la actividad neuronal en tiempo real en letras que aparecen en una pantalla. Al tratarse de cartas escritas a mano, se ha conseguido una velocidad de 90 caracteres por minuto, más del doble de lo que se consiguió con una interfaz cerebro-computadora en experimentos anteriores.
“El sensor decodifica el pensamiento asociado con la escritura y produce acción”, resumió el investigador José Carmena, investigador de la Universidad de California en Berkely, quien considera estudiar en Naturaleza «Un gran paso adelante en este ámbito». El investigador principal Frank Willett dijo que «este sistema utiliza tanto la actividad neuronal fértil registrada por electrodos intercorticales como el poder de los modelos de lenguaje que, cuando se aplican a letras decodificadas, pueden crear texto de forma rápida y fiel».
El voluntario del estudio es un hombre de 65 años con parálisis del cuello a los pies. Para este experimento, se colocaron dos pequeños electrodos del tamaño de una aspirina en una parte del cerebro asociado responsable del movimiento de su brazo y mano derechos.
Mediante el uso de señales que sensores detectados en neuronas individuales cuando el hombre imaginaba la escritura, un algoritmo reconocía los patrones que producía su cerebro cuando pensaba en cada letra. Con este sistema, el hombre pudo copiar oraciones y responder preguntas al mismo ritmo que cualquiera al escribir en un teléfono celular. La velocidad del sistema se debe a la actividad específica que cada letra desencadena en el cerebro, lo que permite que el algoritmo las distinga, dice el equipo.
El estudio se llevó a cabo en el Proyecto colaborativo Braingate, que reúne a investigadores de las universidades Brown, Harvard, Stanford y Case Western Reserve, así como a un hospital en Massachusetts y al Centro Médico Providence VA en Rhode Island.
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