Las personas que dicen más palabrotas son jodidamente honestas, dice la ciencia

Decir malas palabras se considera inapropiado, pero eso no significa que las malas palabras hayan dejado de existir, ¿verdad? Por ello, ya se han realizado algunos estudios para comprender por qué utilizamos estas palabras vulgares y qué daños y beneficios podría aportar un vocabulario más grosero a las personas.

Un estudio publicado en el sitio web Medical Daily dice que las personas que dicen malas palabras pueden ser más honestas que las que no lo hacen.

«Los hallazgos consistentes de los estudios sugieren que la relación positiva entre las malas palabras y la honestidad es sólida y que la relación encontrada a nivel individual en realidad se traduce a nivel social», dice el estudio.

Esta investigación escuchó a 276 personas y se realizó a través de un cuestionario. En este cuestionario se formularon preguntas que buscaban conocer qué tan honestos eran los participantes en diferentes situaciones cotidianas. Además, los investigadores también intentaron comprender cuántas malas palabras utilizaron los encuestados y en qué situaciones.

Además, el estudio también analizó más de 73.000 perfiles de Facebook, buscando la presencia de publicaciones con malas palabras. Los datos se compararon con informes más antiguos. Los investigadores concluyeron que la sinceridad de los individuos analizados era mayor en aquellos que utilizaban malas palabras.

Un estudio de 2016 también se mostró favorable al uso de malas palabras

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Un segundo estudio, esta vez publicado en 2016, demostró que las personas que usaban malas palabras podían tener niveles más altos de inteligencia verbal, expresándose mejor.

“La fluidez de tabúes o ‘palabras groseras’ se correlaciona positivamente con la fluidez verbal general. Cuantas más palabras generaste en una categoría, más palabras generaste en otra categoría, oral y verbalmente”, dijo al Medical Daily el Dr. Timothy Jay, Departamento de Psicología de la Facultad de Artes Liberales de Massachusetts y autor del estudio.

Decir malas palabras también puede ayudar con el dolor.

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Una investigación realizada en Inglaterra muestra que el uso de malas palabras hace que las personas toleren mejor el dolor que sienten. El estudio se realizó con ciclistas que pedaleaban en carreras de alto rendimiento. Aquellos que usaron malas palabras durante las carreras tuvieron más resistencia que los atletas que usaron palabras más amables.

Se hizo una propuesta similar en otro experimento, en el que las personas sumergieron sus manos en agua helada. Aquellos que usaron malas palabras toleraron la incomodidad mejor que aquellos que no lo hicieron.

“Parece que al decir malas palabras se desencadena una respuesta emocional en uno mismo, que produce una respuesta de estrés leve, que a su vez trae consigo una reducción del dolor inducido por el estrés.

Es algo que tiene sentido desde un punto de vista evolutivo porque serás un mejor luchador y un corredor más rápido si no te frenas el dolor». cnn Americano.