Tras su reunión en Bruselas el jueves, la Unión Europea presentó una visión ambiciosa para mantener su relevancia global, luchar contra el cambio climático e impulsar industrias limpias y digitales. Sin embargo, persiste un dilema financiero de un billón de euros: ¿de dónde vendrá la financiación necesaria?
La cumbre de líderes de la UE demostró una grandiosa muestra de ambición. «Podemos fortalecer nuestra presencia global, prevenir desastres climáticos e impulsar una economía verde», dijo un alto funcionario de la UE, citado por Politico. Sin embargo, la fuente de financiación sigue siendo una promesa silenciosa y tácita: «La alcancía ya está hecha pedazos», reconocieron varios líderes europeos presentes.
Según los documentos discutidos, la UE necesitará miles de millones de euros en inversiones durante las próximas décadas. Aunque el dinero público se considera crucial para atraer capital privado, los países europeos han expresado dudas a la hora de aumentar el presupuesto de la UE, asumir más deuda o implementar nuevos impuestos de la UE.
La reciente revisión intermedia del presupuesto de la UE reveló un panorama preocupante. El bloque tiene problemas de fondos después de enfrentar desafíos que incluyen la pandemia global, las tensiones fronterizas y los altos costos de la energía. “El gran riesgo es que no tengamos fondos suficientes para la transición verde”, advirtió el ex primer ministro italiano Enrico Letta.
La situación se vuelve aún más compleja con la creciente necesidad de aumentar el gasto en defensa. La Comisión Europea estima que de aquí a 2030 se necesitarán más de 1,5 billones de euros cada año para reducir las emisiones de combustibles fósiles. “Estamos ante un triángulo imposible”, subrayó al mismo periódico Simone Tagliapietra, del grupo de expertos Bruegel.
La competencia por los fondos entre la defensa y el Pacto Verde es obvia. Se han propuesto recortes significativos en tecnologías “limpias” para financiar la defensa. Sin embargo, la presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño, aseguró que las prioridades climáticas no se verán mermadas.
Ante la emergencia financiera, Letta y Mario Draghi propusieron una política industrial europea unificada y un pilar de financiación privada. Francia ha sugerido relanzar la Unión de Mercados de Capitales, un plan de la Comisión Europea destinado a impulsar la inversión privada.
Un alto diplomático europeo compara la situación europea con la del Titanic: “El barco se está hundiendo y estamos discutiendo quién irá en primera o en segunda clase. Quizás deberíamos evitar que el barco se hunda por completo.
Aunque la cumbre es sólo el comienzo de un debate más amplio sobre la financiación de los desafíos de la UE, la sensación de urgencia es palpable. Europa enfrenta un desafío monumental: encontrar el equilibrio entre sus ambiciones visionarias y sus realidades financieras concretas.
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