La delegación del gobierno español en Ceuta dijo que alrededor de 300 de estos inmigrantes podrían ser menores, a la espera de los resultados de las pruebas de edad.
Las entradas comenzaron de madrugada por los rompeolas fronterizos, la mayoría a pie, en grupos de alrededor de 100 inmigrantes, muchos de ellos marroquíes.
Otros nadaron hasta playas cercanas a la ciudad y algunos tuvieron que ser rescatados por las fuerzas de seguridad españolas, mientras que algunos utilizaron embarcaciones de recreo.
La Guardia Civil Española y Cruz Roja se vieron presionados por las sucesivas entradas de inmigrantes durante la mayor parte de la jornada, que acabaron colapsando la capacidad de una nave industrial donde van a estar estas personas. En cuarentena por el Covid-19 y que fue preparándose para recibir alrededor de 200 personas.
Fuentes policiales dijeron a Efe que se había producido un «efecto manada», con cientos de personas en la localidad marroquí de Castillejos, a unos dos kilómetros de la frontera, incluidos niños y familias enteras, esperando para ‘entrar en la ciudad española, por lo que miedo a que «lo peor esté por venir».
Los adultos pueden regresar a Marruecos, mientras que los menores pueden quedar bajo la supervisión del gobierno de Ceuta.
La incursión de hoy es la segunda de mayores proporciones en Ceuta en menos de un mes, después de 149 inmigrantes marroquíes, entre ellos unos 40 menores, que entraron el fin de semana del 25 y 26 de abril.
Es una forma tradicional de entrar en España, especialmente para los jóvenes que se lanzan al agua cerca del puesto fronterizo y logran cruzar la corta distancia que separa la costa marroquí de la ciudad española en poco tiempo.
El año pasado llegaron 430 personas de forma irregular a Ceuta por vía marítima, frente a las 655 del año anterior, mientras que las entradas terrestres en la frontera también se redujeron a 340, mil menos que en 2019.
La canciller española, Arancha González Laya, le aseguró que no sabía que lo ocurrido hoy podría ser una medida de presión de Marruecos ante la presencia en un hospital español del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
El gobierno marroquí ha calificado la presencia como un «acto contrario al espíritu de buena vecindad», mientras que el gobierno español dice que actúa por motivos humanitarios.
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