Frente a una multitud que ondeaba banderas de la UE y de Georgia, la presidenta pro occidental Salomé Zourabichvili, con poderes limitados, pidió a los 27 Estados miembros que concedieran a Georgia el estatus oficial de candidato.
«Le pedimos que conceda a nuestro país el estatus de candidato de acuerdo con las aspiraciones de larga data de la nación georgiana y la voluntad inquebrantable de su pueblo», subrayó.
«Nuestro futuro está en vuestras manos, en Europa. Este futuro no tiene alternativa», añadió.
Se espera que la decisión final, tomada por los jefes de Estado de la UE, se tome el próximo diciembre en una cumbre.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció la recomendación el miércoles, que también incluye la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia.
El primer ministro georgiano, Irakli Garibachvili, también elogió una “victoria histórica” durante un discurso televisado. «Estamos consiguiendo el estatus que merece el pueblo georgiano», subrayó.
Salomé Zourabichvili prometió que seguirá “desempeñando el papel de líder proeuropea, para promover y hacer avanzar las reformas aún necesarias”. Sin embargo, sus poderes son limitados y sus adversarios numerosos.
En octubre, el Parlamento intentó someterlo a juicio político, pero fracasó por sólo unos 15 votos, y grandes facciones de parlamentarios acusan al gobierno de perjudicar la candidatura de Georgia, un país caucásico, a la UE, que se independizó en 1991, de seguir una política prorrusa.
Al igual que Ucrania y Moldavia, otras dos ex repúblicas soviéticas, Georgia adoptó medidas acordadas con Bruselas para convertirse en candidata a la membresía poco después de que comenzara la invasión rusa de Ucrania en febrero del año pasado.
La ofensiva revivió malos recuerdos de la intervención militar rusa en su territorio en 2008.
La pertenencia a la UE y a la OTAN, ya consagrada en la Constitución georgiana, cuenta con el apoyo de más del 80% de la población georgiana, según varias encuestas.
Salomé Zourabichvili llamó a sus conciudadanos a reunirse frente a la residencia presidencial en la capital, Tiflis, para demostrar su deseo de unirse a la UE.
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