El fin de semana pasado se decidió el campeonato de F1, con Max Verstappen ganando su segundo campeonato mundial. Su compañero de equipo Sergio Pérez jugó un papel clave en esta hazaña. Discutiendo con el rival de Verstappen, Charles Leclerc, en los momentos finales de la carrera en Japón, el mexicano sabía que tenía que obligar al monegasco a cometer un error.
Al final del GP de Suzuka, Leclerc tuvo problemas con sus neumáticos, que ya estaban muy desgastados. Esto le permitió a Pérez acercarse, pero no pudo usar el DRS debido a la lluvia. En la conferencia de prensa posterior a la carrera, dijo: «Fue una buena batalla otra vez».
Incluso con neumáticos que se deterioran rápidamente, el monegasco no se dejó adelantar. «Lo puso muy difícil, así que la única forma de atraparlo era si lo obligaba a cometer un error».
Hubo confusión sobre cuál fue la última vuelta, e incluso después de que terminó la carrera, Verstappen abrió una vuelta más. Así que Pérez también lo siguió, pensando que le quedaba una vuelta más para asegurar el segundo lugar. «Al final, pensé que quedaba una vuelta, así que cuando se escapó pensé que esa sería la oportunidad.
«Pero eso no sucedió y conseguimos un buen resultado para el equipo y un gran doblete».
Al final, lo que aseguró el segundo lugar de Pérez fue la penalización de cinco segundos que Leclerc recibió después del final de la carrera por cortar una chicana. Así, el monegasco descendió al tercer puesto, dándole a Verstappen puntos suficientes para ganar el campeonato mundial.
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