Durante las clases de geografía en la escuela aprendimos que la Tierra realiza dos movimientos: traslación y rotación. El primero de ellos se refiere a la revolución que hacemos alrededor del Sol, que constituye un año. El segundo, a su vez, es el giro que da el planeta sobre sí mismo y que marca nuestros días.
Por lo tanto, estamos constantemente rotando en el mismo lugar y siempre en dirección este. Entonces, ¿por qué los vuelos de avión no se dirigen hacia el oeste más rápido de lo normal? Aunque parezca una pregunta tonta, es algo que intriga a los internautas desde hace tiempo y tiene una buena explicación científica.
Teorias de conspiracion
Basta hurgar un poco en Internet para encontrar algunas teorías de conspiración que intentan explicar por qué los vuelos no se acortan según la dirección. Al fin y al cabo, si la Tierra gira a una velocidad aproximada de 1.700 km/h y un avión vuela a una velocidad media de 850 km/h, ¿cómo pueden los viajes de ida y vuelta durar el mismo tiempo si van en direcciones opuestas? En la mente de los conspiracionistas, esto sólo sería posible si la Tierra estuviera estacionaria.
Sin embargo, esto equivaldría a pensar que cualquier movimiento realizado por el ser humano también está seriamente influenciado por la velocidad de rotación de la Tierra. ¿Y que significa? En esta teoría, si saltáramos al aire durante un único breve segundo, automáticamente tendríamos que aterrizar mucho más lejos del lugar donde se originó el salto. Y obviamente eso no es lo que sucede.
La ciencia explica todo este proceso a través de la ley de inercia, que dice que todo objeto en movimiento debe permanecer en movimiento a menos que otra fuerza actúe sobre él. Por lo tanto, cuando saltamos directamente al aire -independientemente de si estamos en un trampolín o en un coche- aterrizamos donde empezamos el acto.
Explicaciones fisicas
Al final, los aviones no tienen propiedades mágicas que ignoren la ley de la inercia. Por lo tanto, cuando despegan de la Tierra en movimiento, necesitan gastar una cierta cantidad de energía para moverse. Además, a medida que el planeta gira, arrastra consigo la mayor parte de nuestra atmósfera a través de fuerzas de fricción.
Si la atmósfera no fuera arrastrada en este proceso, la velocidad relativa del viento podría incluso usarse para acortar el tiempo de vuelo, pero también estarías constantemente golpeado por ráfagas de viento impresionantemente fuertes.
Al contrario de lo que sugiere la teoría de la conspiración, volar hacia el oeste (en contra de la rotación de la Tierra) lleva un poco más de tiempo que volar hacia el este. ¿El motivo? Las corrientes de aire estrechas y de flujo rápido en la atmósfera que se encuentran a gran altura crean resistencia en el avión. El movimiento de rotación puede incluso afectar indirectamente a los tiempos de vuelo a través de su efecto sobre la velocidad y dirección del viento, pero nada que vaya más allá de la normalidad.
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