Lavrov dice que Moscú no quiere que América Latina y el Caribe se convierta en un espacio de antagonismo entre potencias, ya que basa su política exterior no en la ideología, como fue el caso de la Unión Soviética, sino en el pragmatismo. En particular, señaló que a pesar de las sanciones y la presión política, las exportaciones rusas a la región aumentaron un 3,8 %, mientras que la oferta de trigo aumentó un 48,8 %.
La semana pasada, Lula da Silva, quien estuvo en China, dijo que ofrecería a su homólogo chino, Xi Jinping, la promoción del diálogo entre Rusia y Ucrania y dijo que el país invadido podría tener que ceder Crimea. Una posición que, en Portugal, llevó al eurodiputado y vicepresidente del PSD, Paulo Rangel, a distanciarse de Lula y desafiar al gobierno portugués a hacer lo mismo.
El presidente brasileño admitió anteriormente que ‘Putin no puede quedarse con la tierra en Ucrania’, pero agregó que ‘tal vez se discuta Crimea’, lo que Rangel defendió no era el camino a seguir. Exteriores ya había reafirmado que Ucrania “no comercia con sus territorios”.
“Ucrania aprecia los esfuerzos del presidente de Brasil para encontrar una solución para poner fin a la agresión rusa”, dijo Oleg Nikolenko en su cuenta de la red social Facebook. A principios de este mes, durante la visita del asesor especial para asuntos internacionales de la presidencia brasileña, Celso Amorim, a Moscú, el presidente ruso invitó a su homólogo brasileño a visitar Rusia.
En la nueva política exterior de Rusia, marcada por un creciente antagonismo político, militar y económico con Occidente por Ucrania, América Latina es una de las regiones prioritarias. En este sentido, el viaje de Lavrov se enmarca en los recientes viajes realizados por el jefe de la diplomacia a una veintena de países de Asia, Oriente Medio y África, desde el Magreb hasta el Sahel y el sur del continente.
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