Desde la antigüedad, el Sol ha sido objeto de fascinación. Las imágenes que captan su brillo constante y su energía desbordante, que recuerda a una bola de fuego, han llevado a muchas personas, desde los antiguos astrónomos hasta los curiosos de la era digital, a preguntarse: ¿cómo puede «encenderse» el Sol si no hay oxígeno en el espacio?
Al contrario de lo que muchos piensan, la estrella no arde como una hoguera aquí en la Tierra. Para que haya fuego se necesita oxígeno atmosférico libre, elemento abundante en nuestro planeta, donde constituye el 21% de la atmósfera. En cambio, el espacio, conocido por su vacío casi absoluto, contiene cantidades ínfimas de oxígeno, insuficientes para cualquier tipo de combustión, como explica la ESA (Agencia Espacial Europea).
La combustión en nuestro planeta.
Como ejemplo, podemos utilizar el proceso de un trozo de papel que, al encenderlo con una cerilla, hace que los átomos del papel, ricos en carbono, hidrógeno y oxígeno, reaccionen con el oxígeno atmosférico. Este encuentro produce dióxido de carbono y agua, liberando energía en forma de calor y luz. Este proceso se conoce como combustión.
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