Si no hay oxígeno en el espacio, ¿cómo se quema el Sol?

Si no hay oxígeno en el espacio, ¿cómo se quema el Sol?

Vayamos directo al grano de una pregunta que surge todo el tiempo: “Si no hay oxígeno en el espacio, ¿cómo es que el Sol está ardiendo?”

En primer lugar, aclaremos esto. El espacio no está completamente desprovisto de oxígeno. Los científicos han encontrado oxígeno molecular aquí y allá, como en la Nebulosa de Orión y en algunos otros puntos cósmicos. Pero es muy raro y definitivamente no es suficiente para prender fuego al Sol. La idea del fuego tal como lo conocemos (madera crepitante, historias de fogatas, malvaviscos) es algo exclusivo de la Tierra. El fuego necesita oxígeno atmosférico libre y aproximadamente el 16% de nuestro aire es O2. Buena suerte para encontrar esto en cualquier otro lugar de nuestro sistema solar, o incluso del universo.

Entonces, si el sol no arde como la parrilla de tu patio trasero, ¿qué está pasando? El Sol es una enorme bola de hidrógeno y helio. Aproximadamente un 91% de hidrógeno y un 8,9% de helio, si contamos los átomos, y aproximadamente un 70,6% de hidrógeno y un 27,4% de helio en masa. ¿Oxígeno? Casi nada. En cambio, el Sol genera calor y luz mediante fusión nuclear, no mediante combustión. Por tanto, el Sol NO está en llamas.

Aquí está la información de la NASA: la enorme atracción gravitacional del Sol crea una intensa presión y temperaturas en su núcleo, alrededor de 15 millones de grados Celsius. Este calor y presión son suficientes para sostener la fusión nuclear. Los átomos de hidrógeno se unen para formar helio y, en el proceso, liberan enormes cantidades de energía. Es como la central eléctrica más extrema del sistema solar.

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Ahora bien, quizás te estés preguntando: si el Sol no está “en llamas” en el sentido tradicional, ¿cómo sentimos su calor en la Tierra? El espacio es básicamente un vacío, por lo que no hay suficientes partículas para transportar calor por conducción o convección. En cambio, la energía del Sol viaja a la Tierra en forma de radiación solar. Esto incluye todo tipo de ondas electromagnéticas, desde la luz visible hasta los rayos ultravioleta.

Cuando estas ondas llegan a la Tierra, interactúan con partículas de nuestra atmósfera y suelo, calentándolas. Por eso puedes sentir el calor del sol en tu piel en un día soleado. No es calor directo del Sol, sino la interacción de la radiación solar con nuestro entorno.

Entonces no, el Sol no es una hoguera gigante en el cielo. Es un reactor nuclear que genera energía mediante fusión. Y tenemos la suerte de disfrutar de su brillo a 150 millones de kilómetros de distancia. Ahora ve y demuestra ese conocimiento la próxima vez que alguien te pregunte cómo el Sol puede “quemarse” sin oxígeno. Serás la persona más sabia de la sala.

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