Serbia y Kosovo viven este domingo momentos de tensión en la frontera de Jarinja y Brnjak.
Residentes serbokosovares bloquearon la carretera con camiones en el cruce fronterizo del municipio de Leposavic. La policía de Kosovo anunció que los pasos fronterizos en estos dos lugares estaban cerrados al tráfico y aconsejó a los ciudadanos que tomaran otras rutas. El gobierno serbio niega que el ejército haya entrado en Kosovo.
La escalada de tensión se deriva de una nueva medida que se implementará a partir del 1 de agosto, este lunes, que obliga a los aproximadamente 50.000 serbios que residen en el norte a utilizar placas y documentos emitidos por las autoridades serbias, que se niegan a reconocer las instituciones de Pristina, a utilizar la documentación emitida por el gobierno kosovar. Kosovo ha sido reconocido como estado independiente por más de 100 países, pero no por Serbia o Rusia.
El gobierno del primer ministro Albin Kurti ha dicho que dará a los serbios un período de transición de 60 días a partir del 1 de agosto para obtener las placas de Kosovo, un año después de dejar de aplicarlas durante protestas similares. El gobierno también decidió que a partir del 1 de agosto, todos los ciudadanos serbios que visiten Kosovo deben obtener un documento adicional en la frontera para otorgarles permisos de entrada.
Las autoridades de Belgrado aplican una regla similar a los kosovares que visitan Serbia.
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