Después de unas vacaciones de verano, la F1 regresa a Zandvoort esta semana para el Gran Premio de Holanda, y el clima promete jugar un papel importante durante el fin de semana de carreras. Al igual que el año pasado, cuando la lluvia causó estragos en la pista e incluso provocó una bandera roja, los pilotos probablemente se enfrentarán una vez más a condiciones climáticas difíciles.
El jueves, durante las actividades de los medios, el tiempo debería permanecer despejado. Sin embargo, la situación cambia a partir del viernes, donde los entrenamientos conllevarán riesgo de lluvias y fuertes vientos del Mar del Norte. Las ráfagas podrían alcanzar hasta 80 kilómetros por hora, especialmente en zonas abiertas, con temperaturas en torno a los 21 grados centígrados, según las previsiones.
El sábado, día de clasificación, se pronostican lluvias ocasionales, pero con vientos, que aún podrían afectar a los pilotos, que soplarán de oeste a este a lo largo de la recta de boxes. Se espera que las temperaturas bajen a 20 grados, con algunas posibilidades de sol.
Para el domingo, día de la carrera, la previsión es posible lluvia por la mañana, pero se espera que las condiciones mejoren, dando lugar a una carrera seca, aunque fría, con temperaturas en torno a los 19 grados. Se espera que las condiciones climáticas aumenten el desafío para los equipos y pilotos, haciendo que el Gran Premio de Holanda en Zandvoort sea aún más impredecible.
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