El punto de partida de este proyecto fue pensar en la funcionalidad y la integración entre entornos sociales. Eso es porque la propiedad pertenece a una familia que ama recibir y reunir amigos en esta casa de 1.600 m², en Ribeirão Preto, en el interior de São Paulo.
Luego le tocó al arquitecto Camila Strang, coordinar la renovación. Para que los propietarios no tuvieran que preocuparse por el mantenimiento, el profesional se preocupó por utilizar materiales resistentes, como la madera, que incluso se utilizó en parte del techo. “Mezclamos estilos contemporáneos y rústicos, que resultan elegantes y atemporales”, dice la especialista.
En el gran salón, la sofisticación estaba garantizada por la base neutra que aparece tanto en el mobiliario como en los revestimientos. “Dejamos los puntos de color por algunos detalles en la carpintería, sillones y alfombras”, recuerda Camila. Además de los espacios gourmet, living y comedor, el lugar cuenta con una generosa bodega. ¿Te gustó el resultado?
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