José Silva Nunes, presidente de la Sociedad Portuguesa para el Estudio de la Obesidad (SPEO), explica a SÁBADO que «al ser considerada una enfermedad crónica, la obesidad ahora está directamente ligada a la medicina»: anteriormente, «sólo se consideraba una condición que aumentaba el riesgo de sufrir otras enfermedades». Ahora se reconoce que «el condicionamiento genético es real y tiene un impacto poderoso». El endocrinólogo también comparte que al considerar la obesidad como una enfermedad “se baja la culpa del individuo y se demuestra la base biológica del problema”.
Aún así, SPEO advierte de que se está produciendo un «aumento de la prevalencia de esta enfermedad» y cree que «uno de los problemas es la baja alfabetización sanitaria». Para solucionar este problema, José Silva Nunes defiende que se implemente una disciplina de «estilo de vida saludable» en la que los niños en edad escolar puedan aprender cosas como «la lectura de las etiquetas de los envases y la importancia del ejercicio físico», lo que les permitiría «al menos algo de «La mayoría de los niños se llevaron a casa lo que aprendieron».
José Silva Nunes, presidente de la Sociedad Portuguesa para el Estudio de la Obesidad
Esfera de ideas
Helena Real, secretaria general de la Asociación Portuguesa de Nutrición, cuenta SÁBADO que actualmente la mayoría de la población «es consciente de la gran importancia que tiene el seguimiento nutricional». Pero denuncia que «hay grandes dificultades para acceder a la asistencia sanitaria y un típico retraso en la búsqueda de ayuda» que «se debe en gran medida a la falta de nutricionistas en el Servicio Nacional de Salud».
Uno de los problemas es la «derivación tardía», que para José Silva Nunes se debe al «estigma que aún mantiene gran parte de la sociedad, al no reconocer la obesidad como una enfermedad». Incluso dentro de la comunidad médica aún queda mucho trabajo por hacer para que todos los médicos sean capaces de identificar estos casos y sepan cómo actuar.
Considerar que la obesidad se puede curar simplemente “comiendo menos y moviéndose más” es tener una visión simplista de la enfermedad, que en realidad se centra en el cerebro. José Silva Nunes explica que “el tratamiento debe basarse en tres pilares: psicológico y comportamental, farmacológico y quirúrgico”. El médico explica que «las personas que pasan toda su vida intentando perder peso acaban desmotivadas e incapaces de conseguir sus objetivos, lo que deja clara la necesidad de una intervención farmacológica, para complementar otras estrategias».
En cuanto al tratamiento, Helena Real señala la «necesidad de equipos multidisciplinares» capaces de cumplir con el «modelo de intervención para el tratamiento y prevención de la obesidad, definido en la orden 12634/2023». Tal y como se publicó a finales del año pasado, todavía no está teniendo ningún efecto, situación que la nutricionista cree que podría cambiar pronto.
Actualmente existen en Portugal tres medicamentos que toman las personas que padecen obesidad: xenical, saxenda y mysimba, que cuestan entre 60 y 240 euros al mes. José Silva Nunes cree que «algo fundamental para combatir la obesidad es que estos medicamentos estén subvencionados por el Estado».
Helena Real, secretaria general de la Asociación Portuguesa de Nutrición
DR
Para Helena Real, lo más importante es que el país invierta en prevención, concretamente a través de «trabajos lingüísticos para promover la alfabetización alimentaria». Actualmente «los datos muestran que cuanto menor es el nivel educativo o las posibilidades económicas, mayor es el riesgo de obesidad».
Además de aumentar la alfabetización, es fundamental que «la atención primaria de salud esté preparada para actuar en la preobesidad, siguiendo la perspectiva de una acción multidisciplinar». Esto significa que los médicos y enfermeras de familia «deberán estar preparados para dar breves consejos sobre alimentación saludable, además de realizar cribados para un posterior seguimiento nutricional». Otro factor importante, pero que sigue siendo imposible debido a la falta de profesionales en el Servicio Nacional de Salud, fue «dejar de realizar consultas de nutrición sólo en estado de obesidad». «El nutricionista debe ser visto como un profesional de la salud que proporciona apoyo durante toda la vida», subraya.
José Silva Nunes, presidente de la Sociedad Portuguesa para el Estudio de la Obesidad (SPEO), explica a SÁBADO que «al ser considerada una enfermedad crónica, la obesidad ahora está directamente ligada a la medicina»: anteriormente, «sólo se consideraba una condición que aumentaba el riesgo de sufrir otras enfermedades». Ahora se reconoce que «el condicionamiento genético es real y tiene un impacto poderoso». El endocrinólogo también comparte que al considerar la obesidad como una enfermedad “se baja la culpa del individuo y se demuestra la base biológica del problema”.
Aún así, SPEO advierte de que se está produciendo un «aumento de la prevalencia de esta enfermedad» y cree que «uno de los problemas es la baja alfabetización sanitaria». Para solucionar este problema, José Silva Nunes defiende que se implemente una disciplina de «estilo de vida saludable» en la que los niños en edad escolar puedan aprender cosas como «la lectura de las etiquetas de los envases y la importancia del ejercicio físico», lo que les permitiría «al menos algo de «La mayoría de los niños se llevaron a casa lo que aprendieron».
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