Los diplomáticos mexicanos abandonaron ayer Ecuador. La ministra de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, dijo que el personal diplomático regresaba a casa “con la frente en alto”.
El exembajador de Ecuador en Londres, Mauricio Gándara, dijo a la AFP que se trataba de un «escándalo internacional». Imágenes de policías trepando a los barrotes de la embajada de México y del jefe de la misión, Roberto Canseco, retenido por agentes de seguridad dieron la vuelta al mundo.
Gándara añadió que “será muy difícil reconstruir esto sin la intervención de países amigos”. Sin embargo, los gobiernos de izquierda de Brasil, Colombia, Venezuela y Chile, así como los gobiernos de derecha de Perú y Argentina, han rechazado enérgicamente la acción policial ecuatoriana.
A través de Itamaraty, Brasil rechazó este acto «en los términos más enérgicos» y el presidente Lula (PT) se solidarizó con el presidente mexicano. “La medida tomada por el gobierno ecuatoriano constituye un precedente grave y debe ser rechazada enérgicamente, independientemente de la justificación de su implementación”, afirmó el comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
Nicaragua fue más allá e imitó a México rompiendo relaciones con Ecuador. Bolivia ya retiró a su embajador en Quito.
La ruptura tiene implicaciones “económicas, diplomáticas y culturales”, También lo comentó a la AFP Roberto Beltrán, profesor de gestión de conflictos de la privada Universidad Técnica de Loja.
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