túUn hombre vive desde hace 16 años en un hospital psiquiátrico de Italia con una máscara protectora como la de Hannibal Lecter, protagonista de la película «El silencio de los inocentes», y las manos atadas para no agarrar nada.
El caso, que ya había hecho correr mucha tinta en la prensa italiana, volvió a ser denunciado ahora por Irene Testa, una suerte de mediadora nombrada para luchar por los derechos de los pacientes sujetos a medidas restrictivas de la libertad.
En su página de Facebook, Irene explica que, contrariamente a lo que se desprende de las fotos compartidas por ella, Bruno no es un delincuente, sino un paciente psiquiátrico ingresado en la unidad Aias de Cortoghiana, en Sulcis-Iglesiente, Cerdeña.
El hombre sufre de pica, un grave trastorno alimentario que le hace comer cosas que no son comestibles, como papel, arcilla, pedacitos de pintura, tierra, etc. Bruno no es peligroso para los demás, pero lo es para sí mismo porque lo que come puede provocar una obstrucción del tracto digestivo o incluso algo más grave como una intoxicación o una infección parasitaria.
Aunque es por su bien, el responsable exige que se modifique el tratamiento.
«No puedo aceptar que un paciente sea sometido a un tratamiento que parece más cercano a la noción de tortura que a la de curación. Sin embargo, este no es el momento de indignarse. Este es el momento de actuar «Necesitamos acciones concretas y rápidas sobre el parte de todos los que pueden contribuir a cambiar esta situación. Es un llamado: Hay que hacer esto por Bruno y por todos los demás Brunos», pidió, admitiendo que había necesitado tiempo para recuperarse del susto de ver a una persona en condiciones tan inhumanas.
«Esperé un día para poner en papel lo que vi en Aias de Cortoghiana. Un día para recuperarme del escenario aterrador y aterrador que presencié», confesó.
El caso de Bruno ya había sido noticia después de que la Unión Nacional de Asociaciones de Salud Mental de Italia lo denunciara. En ese momento, se presentaron varias quejas ante el Ministerio Público de Cerdeña y se enviaron cartas al Ministro de Salud en ese momento. Sin embargo, Bruno permanece preso en su máscara de Hannibal.
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