San Pablo – El año 2023 llega a su fin en un escenario de avances y desafíos de la ciencia nacional. La percepción es colectiva entre los profesionales del área, ratificada por la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC). Durante el año, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (PT) cumplió promesas de reconstruir el sector, destruido durante la administración del extremista Jair Bolsonaro (PL). Sin embargo, la entidad pide prudencia y “un 2024 con mucha determinación, porque el trabajo que tenemos por delante es grande”.
El presidente de la entidad, el filósofo y profesor Renato Janine Ribeiro, hace balance del año y de los desafíos futuros. “Fue un año de mucha esperanza y de muchas cosas que poner en orden. Cerramos el 2023 con un balance de avances importantes, pero también con la conciencia de que aún tenemos mucho por hacer por la ciencia, por la educación, por nuestro país. (…) Celebramos una nueva era en el gobierno del país, además de encontrar un ambiente político más abierto al diálogo y a nuestras demandas”, destaca.
Fin del negacionismo
Entre los avances, destaca la recomposición presupuestaria de importantes programas como los de la Fundación para la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Educación Superior (Capes) y el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq). Pero más allá de eso, abrir puertas al diálogo y a un gobierno que defienda abiertamente la ciencia. Gran contraste con la administración anterior, que repudió la ciencia, como se vio durante toda la pandemia del covid-19 a través de políticas públicas y posturas negacionistas de los más grandes líderes del país.
La batalla de la ciencia continúa. Para la mayoría de los científicos, es un hecho que financiar la educación superior y la ciencia es difícil de lograr. “Los fondos estatales siempre serán insuficientes, pero cuando el gobierno y la sociedad civil están alineados en sus valores y comparten la percepción de la realidad, la negociación es posible. Fue muy difícil negociar con un gobierno anticiencia y antieducación”, afirma Ribeiro.
Sin embargo, el profesor reafirma el panorama de esperanza entre los científicos. “El año 2023 fue, sin duda, uno de luchas. Pero también de logros y de recuperar mucho de lo que habíamos perdido en años anteriores. Miramos hacia 2024 con la esperanza de que la ciencia siga siendo una fuerza transformadora para el bien de nuestro país y nuestra sociedad. Sabemos que nos queda un largo camino por recorrer, tanto para compensar el retroceso experimentado en los últimos años como para hacer frente a desafíos crecientes, en particular, las guerras que hoy van en aumento, el empeoramiento del calentamiento climático y la desigualdad, la pobreza y miseria que sigue devastando a nuestras poblaciones y a las de muchos otros países del mundo”, evalúa el profesor.
Los científicos y la democracia
En 2023, los científicos también tuvieron que luchar por cuestiones que, aparentemente, no formaban parte de la rutina en los laboratorios. En particular, la defensa de la democracia. “La SBPC destacó la necesidad de retomar las estructuras nacionales de ciencia y tecnología como una prioridad para el nuevo gobierno. Y la defensa intransigente de la democracia fue una constante, que comenzó el 8 de enero con el repudio a los ataques a las instituciones democráticas en Brasilia, luego la realización de debates sobre soberanía, derechos, justicia, hasta la propuesta de crear una Jornada de Lucha por la Democracia Brasileña. ”, recuerda Janine Ribeiro.
Finalmente, el presidente de la SBPC recuerda desafíos que involucran las políticas públicas y el fortalecimiento del Estado democrático. Entre ellos, prevenir la fuga de cerebros, mantener las mejores mentes del país a través de condiciones de vida adecuadas y el ejercicio de la profesión. Para lograrlo, la vigilancia debe ser constante, particularmente en un escenario desfavorable de un Congreso con una mayoría reaccionaria. “Tenemos que esforzarnos constantemente para que las cosas funcionen. La ciencia y la tecnología no dan votos, entonces es una lucha difícil: tenemos aliados en el Congreso, pero no son mayoría”, concluye.
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