Hay una ciudad alemana en Baviera, con unos 20.000 habitantes, que vive rodeada de unas 72.000 toneladas de diamantes… incrustados en las paredes de casi todos los edificios.
Cuando se construyó la ciudad, mencionada por primera vez en los registros en el siglo IX d.C., los colonos no se dieron cuenta de que la piedra que estaban usando tenía incrustaciones de millones de pequeños diamantes, en una concentración nunca vista en ningún otro lugar del mundo.
La ubicación de Nördlingen explica el fenómeno: las piedras preciosas fueron creadas por un asteroide que cayó a la Tierra hace 15 millones de años y que miden menos de 0,2 mm de diámetro, es decir, apenas visibles para el ojo humano.
Sin embargo, según informa el tabloide británico «Daily Mail», los habitantes de la ciudad no se enteraron de este deslumbrante fenómeno hasta los años 60, cuando dos geólogos estadounidenses, Eugene Shoemaker y Edward Chao, llegaron a la ciudad.
Aunque la ciudad casi perfectamente circular (tan parecida a un cuento de hadas que apareció en la versión de 1971 de la película «Willy Wonka y la fábrica de chocolate») parece ocupar todo un cráter, Nördlingen en realidad se encuentra dentro del cráter Nördlinger Ries, a 26 km. de ancho – el cráter. La forma circular de la ciudad es pura coincidencia. Hace unos 15 millones de años, un asteroide de un kilómetro de ancho viajó a una velocidad de 25 kilómetros por segundo y chocó contra la Tierra con tal fuerza que creó un cráter gigantesco.
Los habitantes de Nördlingen creían que el cráter Nördlinger Ries era el resultado de una erupción volcánica. Pero Shoemaker y Chao sospecharon que el cráter fue causado por la colisión de un asteroide con la Tierra. Una vez que visitaron y vieron que las paredes de la iglesia estaban salpicadas de racimos de pequeños diamantes, supieron que su teoría era correcta.
Las burbujas de carbono dentro de la roca se convirtieron en pequeños diamantes bajo la presión y el calor de la explosión. Según Stefan Hölzl, geólogo y director del Museo Nördlingen RiesKrater, en declaraciones a la BBC británica, «hay algunos lugares en el mundo donde este tipo de material de impacto de asteroides se ha utilizado para edificios, pero ni siquiera cerca. esta cantidad. Aquí se utilizó para construir toda la ciudad.
Se estima que sólo en la iglesia de San Jorge de Nördlingen hay un total de 5.000 quilates de piedras preciosas. Al subir las escaleras del campanario gótico de la iglesia, los desgastados escalones de piedra parecen brillar al sol, trayendo inesperados destellos de luz a lo que debería haber sido un ascenso oscuro y gris hasta la cima. “Esto se debe a que toda la torre está hecha de piedra suevita y en su interior hay pequeños diamantes”, explica Horst Lenner, el guardián de la torre. “Afortunadamente son muy, muy pequeñas, de lo contrario la torre habría sido derribada hace mucho tiempo”, bromea.
Hölzl también recordó que los astronautas de la NASA de las misiones espaciales Apolo 14 y Apolo 16 visitaron Nördlingen antes de sus expediciones lunares para aprender más sobre los tipos de rocas que podían encontrar en el espacio.
Pero los habitantes de Nördlingen no serán ricos. Aunque los diamantes ayudan a que esta ciudad brille, no tienen ningún valor económico.
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