Gran parte de la economía española proviene del turismo. Cerca de 71 millones de turistas extranjeros vacacionaron en el país ibérico en 2022, pero no todos los lugares de España quieren seguir recibiendo tantos visitantes.
Algunos destinos han comenzado a darse cuenta de que el turismo masivo puede hacer más daño que bien. Los pequeños y pintorescos pueblos de Rupit y Pruit, situados en la región de Cataluña, son un buen ejemplo.
El municipio, formado por dos localidades, se negó a recibir la distinción de ‘Los Pueblos Más Bonitos de España’, a pesar de que el 70% de su economía proviene directamente del turismo.
“No queríamos ser parte de este grupo porque no pensamos que sería productivo recibir a más personas. Nuestro objetivo es proteger y nutrir este lugar para las generaciones futuras”, dice el alcalde Albert Marcé Pujol.
Un puente colgante, iglesias barrocas, la cascada más alta de Cataluña, entre otras bellezas, atraen a la comarca unos 150.000 turistas al año. Pero solo 300 personas viven en estas dos ciudades medievales situadas a 110 km de Barcelona.
Calidad de vida
Combatir el turismo de masas y acoger a viajeros conscientes es uno de los objetivos del actual alcalde. «Nos preguntábamos cuántas personas podemos acomodar. ¿Cuántas pueden cruzar aquí cómodamente en un día?»
Con el fin de preservar estos terrenos y su entorno, el Ayuntamiento ha tomado varias medidas. Uno de ellos fue limitar el número de casas permitidas para recibir turistas. Actualmente, un máximo de solo 10 residencias en toda la ciudad pueden alojar visitantes.
Otro punto es la movilidad. Rupit y Pruit disponen de 500 plazas para coches. Los parkings están justo en la entrada y cuando están llenos, los que llegan más tarde no pueden pasar. Se les sugiere visitar los lugares cercanos y regresar al final del día cuando los demás turistas se hayan ido. “De esta manera, preservamos nuestro lugar y también fomentamos el turismo en las regiones vecinas”, dice Pujol.
Los hermosos pueblos están a una altitud de 845 metros. Un puente colgante da la bienvenida a los viajeros. Los que llegan temprano y logran enamorarse de este destino rural rodeado de bosques y un riachuelo. Las calles empedradas y las casas con fachadas de piedra construidas entre los siglos XVI y XVIII encantan a todos los transeúntes.
el turismo sostenible
«Nous voulons proposer quelque chose de différent. Notre objectif est de préserver les beautés que nous avons pour qu’à l’avenir le tourisme devienne un atout économique et continue d’être la source de richesse et le moteur de ce lieu», explique el representante.
Si por un lado este destino no quería formar parte de la asociación de los pueblos más bonitos de España, la Organización Mundial del Turismo (OMT) le otorgó con orgullo el título de pueblo de turismo sostenible.
Esta iniciativa reconoce el trabajo que se está realizando en las zonas turísticas rurales de todo el mundo. En esta elección se tienen en cuenta criterios como la conservación de los recursos naturales y culturales, la sostenibilidad económica, social y ambiental. Solo tres localidades españolas han recibido esta distinción en 2022.
Rupit y Pruit también cuentan con otro reconocimiento especial, la certificación de ‘Povoado Starlight’: lugares donde el cielo nocturno tiene poca contaminación lumínica y atmosférica, buenas condiciones climáticas y topográficas que favorecen el turismo astronómico.
“No queremos convertirnos en un parque temático. Para nosotros es importante que la gente de Rupit y Pruit conserve su esencia y se sienta cómoda viviendo aquí para que siga manteniendo su identidad”, desea Pujol.
Esperar
Hace unos años este destino se dio cuenta de que no podía recibir bien a sus visitantes. Esto se ha acentuado aún más con la pandemia, ya que el turismo local se ha convertido en una tendencia mundial. Alrededor del 90% de las personas que visitan Rupit y Pruit viven en Cataluña. “Después del Covid, el turismo rural resurgió y los habitantes de las ciudades no estaban acostumbrados a comportarse en el medio rural”, explica el alcalde.
La educación del visitante forma parte de los objetivos para conseguir un turismo más sostenible y respetuoso. “Queremos que los turistas sean cuidadosos y cariñosos cuando estén aquí. Nuestro objetivo es que la gente no tire basura en los alrededores, que respete los caminos señalizados para no dañar el medio ambiente y que no grite. Hay mucho ruido en el ciudades. Aquí hay que aprender a escuchar y respetar la naturaleza. Hay que saber apreciar el silencio”, subraya.
Con estas y otras medidas, Rupit y Pruit quieren evitar los efectos negativos de la saturación turística, como ha ocurrido con Barcelona, Venecia y otras famosas ciudades europeas.
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