Una camada de cerdos huérfanos está en el apogeo de su gloria en una playa de la costa de México. Pero las cosas no siempre fueron fáciles para ellos: los ocho pequeños perdieron a su madre demasiado pronto. Luego, las autoridades locales proporcionaron un lugar seguro para la descendencia.
Los cerditos fueron rescatados junto a su madre por la Policía Ecológica del Progreso, localidad costera de Yucatán, cuando apenas tenían dos días de nacidos. Pero el destino separó a la familia muy temprano.
Las autoridades locales trasladaron a los lechones a una playa, que fue nombrada Praia do Porco en honor a los animales.
Ahora todos los días los cerdos salen al mediodía a nadar, explorar e interactuar con los turistas.
Cuando están cansados de estar en el agua, los cuidadores de todo el espacio los llevan a la cabina para bañarlos en agua limpia y aplicarles aceite corporal o de coco en la piel. También tienen una dieta cuidadosamente definida, que incluye frutas y verduras.
Los lechones mexicanos se quedarán en la playa hasta que estén completamente desarrollados. Luego serán llevados a un espacio adecuado para acomodar animales más grandes.
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