La doble imposición se produce cuando una persona o empresa paga dos veces impuestos sobre los mismos ingresos. Esta situación era común en el pasado, especialmente cuando los ingresos estaban gravados por dos países diferentes.
Para evitar esta flagrante injusticia, los estados han firmado acuerdos bilaterales y multilaterales que evitan la doble imposición. Sin embargo, la competencia para gravar los ingresos de otros, es decir, para atraer empresas sobre la única base de impuestos más bajos, ha tenido resultados desastrosos. El resultado final fue una doble exención, es decir, las grandes multinacionales terminan sin pagar en ningún país.
Se recuerda que Suecia se retiró recientemente de un acuerdo para evitar la doble imposición con Portugal que en la práctica concedía una doble exención a los pensionistas suecos que vivían en Portugal. Estos jubilados ahora pagan impuestos en Suecia.
Así, lo que ahora está en la mesa de negociaciones internacionales ya no es evitar la doble imposición, sino el establecimiento de reglas internacionales que impidan la exención total.
Impulsada por los Estados, la propuesta de introducir un impuesto mínimo del 15% sobre las ganancias fue finalmente aprobada a nivel del G7. Este es un buen paso adelante dado que la mayoría de los paraísos fiscales pertenecen a los estados representados por el G7, a saber, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea.
Sin embargo, el G7 es una organización exclusiva entre América del Norte y Europa Occidental, una agrupación que hoy ya no representa la economía global. Entonces, si no avanzamos hacia un consenso más amplio que incluya potencias que no tienen un escaño en el G7 como Rusia, China, Brasil e India, el resultado práctico será escaso. Por lo tanto, es importante que este tema se pueda debatir en un foro más amplio. El grupo G20 parece ser el siguiente paso. Incluye no solo los países mencionados anteriormente como Brasil, Argentina, Indonesia, México, Sudáfrica y otros.
Los desacuerdos siguen siendo importantes. La tarifa a aplicar divide a los países. Estados Unidos quería una tasa mínima del 21% mientras que los europeos imponían un valor más bajo. A cambio, Estados Unidos quería que ciertos países europeos eliminaran los impuestos digitales que imponía a las grandes multinacionales estadounidenses como Amazon y Facebook.
Por otro lado, para que la aplicación de un impuesto mínimo sea efectiva, las normas contables y tributarias deben estar armonizadas en todo el mundo. Un proceso que será largo y complejo.
La necesidad de aumentar el gasto presupuestario evitando un aumento repentino de la inflación está empujando a Estados Unidos en la dirección de gravar a las grandes multinacionales estadounidenses. Este acuerdo es importante en esta estrategia.
Portugal, como país de tamaño medio pero pobre y periférico, no es escuchado sobre estos temas. Pero, por supuesto, un acuerdo que evite la doble exención será beneficioso para nuestro país y dará lugar a un aumento de los ingresos fiscales en Portugal.
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