Economía en 2022: las cuentas públicas serán el talón de Aquiles

Después de una resaca de Año Nuevo, nadie merece leer una columna pesimista para empezar el año. Sin embargo, lamento informarles que nos enfrentamos a otro año difícil debido al deterioro del entorno económico y la creciente incertidumbre política.

El escenario global será volátil y difícil, principalmente por el repunte global de la inflación y el endurecimiento de la política monetaria liderado por los bancos centrales de Inglaterra, Estados Unidos (alimentados) y canadiense. Además de completar su programa de compra de activos en marzo, la Fed probablemente aumentará las tasas de interés en un 1 % en 2022 y en un 1,5 % en 2023.

El endurecimiento de la política monetaria en los Estados Unidos reducirá los flujos netos de capital hacia las economías emergentes, apreciará la dólar, y devaluará el verdadero. Además, la nueva ola de covid-19 reducirá el crecimiento estadounidense al 3,5% y el estallido de la burbuja inmobiliaria reducirá el crecimiento del PIB chino al 4,5%. Para la economía mundial, esto significa que el crecimiento del PIB mundial caerá del 6 % en 2021 al 4 % en 2022.

Afortunadamente, nuestras cuentas externas son sólidas, lo que nos ayudará a enfrentar el escenario externo más difícil en un contexto de elecciones 2022. Desafortunadamente, no ocurre lo mismo con las facturas de impuestos. A pesar de que la ratio deuda pública/PIB cayó hasta el 81,6% en 2021, es probable que en 2022 la dinámica de la deuda pública empeore, por la fuerte subida del tipo de interés real, el estancamiento del PIB y el aumento en las elecciones del déficit primario.

En 2022, las cuentas públicas serán nuestro talón de Aquiles. Dependiendo de quién lidere las encuestas, es probable que la dinámica de la deuda pública empeore y inflación disminución, aumentando aún más las tasas de interés largas y cortas. La incertidumbre política y la multiplicidad de malos escenarios electorales incrementarán el riesgo país y devaluarán el real.

La carrera presidencial no comenzará hasta junio. Por ahora, la parrilla de salida es desalentadora, ya que sugiere que mantendremos a los mismos protagonistas con los que Brasil ya perdió en la carrera mundial por el crecimiento, la productividad, la innovación y la prosperidad.

Los brasileños somos optimistas. Pero por ahora, el escenario de la Tercera Vía es más un artilugio de comodidad psicológica que una realidad. Sin el compromiso de los formadores de opinión y de quienes quieran contribuir al mejoramiento del país, tal vez lleguemos al 2023 sin el 2021.

* PROFESOR DE FINANZAS EN LA UNIVERSIDAD DE MIAMI Y PRESIDENTE DEL COMITÉ EJECUTIVO DE ASIGNACIÓN GLOBAL, XP PRIVATE

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