Preguntado sobre cómo imagina su muerte, el pontífice de 84 años respondió: «Ser Papa, ya sea en el cargo o emérito. Y en Roma. No voy a volver a Argentina».
La muerte es un tema sobre el que está reflexionando, aunque no le da «ningún miedo», dijo en una entrevista el 16 de febrero de 2019 en Roma, destacando en ese momento que se encontraba «muy bien».
La conversación con el periodista y médico argentino Nelson Castro se centra en la salud y los problemas que tuvo Francisco a lo largo de su vida, incluido un «grave problema pulmonar» en 1957 y una neurosis ansiosa que padecía.
“Mi ansiedad está bastante controlada. Cuando me encuentro con una situación o tengo que afrontar un problema que me preocupa, lo ataco. Tengo varios métodos para hacer esto. Uno es escuchar a Bach. Me calma y me ayuda a analizar mejor los problemas. Admito que a lo largo de los años he logrado poner una barrera a la entrada de la ansiedad en mi mente. Sería peligroso y perjudicial para mí tomar decisiones en un estado de ansiedad ”, mencionó.
Francisco también dijo que el estudio de la psicología «es necesario para un sacerdote» y, aunque dice que nunca fue psicoanalizado, dijo que había buscado la ayuda de un psiquiatra por un momento delicado de su vida, cuando tuvo que esconder personas, durante la dictadura, para sacarlos del país y salvarles la vida.
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