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El “robo del siglo” sólo descubierto gracias a una denuncia sobre residuos en tierras en Bélgica – Executive Digest

En 2003, la ciudad de Amberes, Bélgica, fue escenario de uno de los robos más audaces de la historia reciente, cuando una bóveda de alta seguridad fue saqueada, resultando en una pérdida estimada de 100 millones de dólares en diamantes y joyas. El caso, que se convertiría en el «robo del siglo», quedó sin sospechoso hasta que un detalle aparentemente insignificante ayudó a desentrañar el misterio: una denuncia sobre residuos vertidos en tierra.

Amberes, situada en el norte de Bélgica, es ampliamente reconocida como la capital mundial de los diamantes. Alrededor del 80% de los diamantes en bruto del mundo pasan por la ciudad para ser vendidos o tallados. Este comercio genera más de 50 mil millones de dólares al año, concentrados principalmente en una sola cuadra del centro, conocida como el “Distrito Diamante”. Esta zona está estrictamente vigilada, con más de 60 cámaras de seguridad monitoreando sus tres calles.

En el corazón de este distrito se encuentra el Diamond Center, un edificio de oficinas aparentemente monótono, pero cuyo sótano alberga una caja fuerte de alta seguridad, protegida por una puerta de 30 centímetros de espesor, una llave de seguridad y un complejo sistema de alarma.

En la mañana del 17 de febrero de 2003, un lunes, la policía fue llamada al Diamond Center, donde encontraron más de un centenar de las 189 cajas fuertes individuales de la bóveda abiertas y saqueadas. La escena era caótica: diamantes, monedas de oro y joyas estaban esparcidas por el suelo, y los ladrones dejaron algunas herramientas, sin huellas dactilares. Sorprendentemente, los ladrones lograron desactivar todos los sistemas de seguridad y se llevaron las cintas de vídeo de las 24 cámaras que monitoreaban tanto el edificio como la bóveda.

Sin pistas concretas, la policía belga, dirigida por el investigador Patrick Peys, permaneció indefensa hasta que, unos días después, recibió una llamada inesperada.

La denuncia que lo cambió todo

La llamada provino de August Van Camp, un tendero jubilado que paseaba a sus comadrejas por un terreno de su propiedad cerca de una carretera. Van Camp se había quejado varias veces antes de la basura que los viajeros arrojaban a sus tierras, pero ese día de febrero, la basura llamó su atención de otra manera. Sospechando, llamó a la policía, que inmediatamente recogió las bolsas de basura.

Entre los escombros, la policía encontró documentos rotos, bonos, monedas de plata, sobres con el logotipo del Antwerp Diamond Center y pequeños diamantes verdes. El contenido de la basura apuntaba a Leonardo Notarbartolo, un comerciante de diamantes italiano con una oficina en el Diamond Center y una caja fuerte en la bóveda, quien, según reveló la policía italiana, tenía un largo historial criminal.

Notarbartolo fue arrestado rápidamente pero se negó a cooperar con la policía. Descrito por Peys como un “caballero distinguido y muy educado”, Notarbartolo prefirió permanecer en silencio, frustrando los esfuerzos de las autoridades belgas e italianas que lo interrogaron. Sin embargo, las pruebas encontradas en la basura, incluido un recibo de una tienda de comestibles italiana en el barrio de Diamantaire, llevaron a la policía a identificar a otra persona involucrada: Ferdinando Finotto, quien también tiene antecedentes penales.

La investigación reveló que los cinco autores del crimen formaban parte de una banda italiana conocida como la “Escuela de Turín”. Cada miembro tenía una especialidad, con nombres en clave inspirados en personajes de cómics: Genie, Monster, Speedy y King of Keys. El Genio, Elio D’Onorio, era el experto en electrónica y alarmas; el Monstruo, Ferdinando Finotto, era un experto forzando cerraduras; y Ligeirinho, fue Pietro Tavano, amigo de infancia de Notarbartolo, quien arrojó las bolsas de basura al suelo junto a la carretera, lo que resultó ser un error crucial en el resultado del juicio.

Modo operativo

El ingenioso plan de la pandilla consistía en colocar una cámara de vídeo encima de la entrada de la bóveda, que grababa a los guardias introduciendo el código de seguridad. Esta cámara transmitía las imágenes a un receptor escondido en un extintor. El rey de las llaves, cuyo nombre real nunca se supo, logró reproducir de las grabaciones la llave de 30 centímetros necesaria para abrir la puerta de la caja fuerte.

Para evitar que sonaran las alarmas, el Ingeniero utilizó una placa de aluminio para manipular las cerraduras magnéticas de la puerta, mientras Notarbartolo rociaba laca para el cabello sobre los sensores térmicos de movimiento, deshabilitándolos temporalmente. Se cree que la banda construyó una réplica del interior de la caja fuerte para llevar a cabo el robo, muy parecido a la famosa serie ‘La Casa de Papel’.

Gracias a las pruebas reunidas, los cuatro miembros conocidos de la banda fueron juzgados en mayo de 2005. Ferdinando Finotto, Elio D’Onore y Pietro Tavano fueron condenados a cinco años de prisión, mientras que Leonardo Notarbartolo, identificado como el cerebro de la operación , fue condenado a cinco años de prisión. condenado a 10 años. Las joyas y los diamantes robados nunca fueron recuperados.

Notarbartolo fue puesto en libertad condicional en 2009, pero fue recapturado después de violar los términos de su liberación al viajar a California para discutir un acuerdo cinematográfico sobre el atraco con un productor de Hollywood. Terminó cumpliendo el resto de su condena.

Arturo Galvez
Arturo Galvez
"Aspirante a especialista en café. Solucionador de problemas. Fanático de los viajes. Creador. Apasionado aficionado a la televisión".
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