Un empresario ruso cercano al Kremlin, Yevgeny Prigojine, admitió el lunes que Rusia interfirió en el proceso electoral estadounidense, en vísperas de las elecciones intermedias estadounidenses.
“Estamos interviniendo. Estamos interviniendo y lo seguiremos haciendo. Con cuidado, con precisión, quirúrgicamente, a nuestra manera única”, confesó Prigojine, en un mensaje publicado en la red social de su empresa.
Las declaraciones fueron en respuesta a una pregunta sobre las acusaciones de interferencia rusa en las elecciones de mitad de período que se llevan a cabo en Estados Unidos el martes, que están siendo observadas de cerca por Moscú.
De hecho, las agencias de inteligencia estadounidenses, como el FBI y la NSA, han expuesto recientemente acciones concertadas entre piratas informáticos rusos e iraníes para interferir en las elecciones intermedias.
Prigojine, que es objeto de sanciones estadounidenses y europeas, ha sido acusado durante varios años de injerencia en las elecciones estadounidenses, en particular en las elecciones presidenciales de 2016, que dieron la victoria al expresidente republicano Donald Trump.
Prigojine está acusada de haber creado una gran cantidad de perfiles falsos que operan en las redes sociales con el objetivo de influir en los votantes, por ejemplo, denigrando a los candidatos o difundiendo información falsa.
El empresario se ha ido afirmando poco a poco como figura pública en Rusia, multiplicando las apariciones en apoyo a la ofensiva de Moscú en Ucrania.
A finales de septiembre, Prigojine admitió haber fundado en 2014 el grupo paramilitar Wagner, que ahora combate en Ucrania, admitiendo su presencia en África, Oriente Medio y América Latina.
Conocido por ser muy cercano a Vladimir Putin, Prigojine fue durante un tiempo uno de los proveedores de las cocinas del Kremlin, lo que le valió el apodo de «cocinero de Putin».
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