«España no está en venta» y «No a la amnistía», rezaban los carteles de los manifestantes reunidos hoy en la plaza de Colón y gritaban «¡Manden a Puigdemont a prisión!», en referencia al expresidente del Govern catalán y líder de el intento de autodeterminación en 2017.
El sábado, Pedro Sánchez defendió, en una intervención en el comité central del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la aprobación de una ley de amnistía en Cataluña, justificándola por la necesidad de reforzar la reunificación entre España y Cataluña.
“En nombre de España, por el interés de España, por la defensa de la convivencia entre los españoles, hoy defiendo la amnistía en Cataluña por los hechos ocurridos”, afirmó el jefe del Gobierno español en funciones.
Marcos Carbonell, ingeniero de 37 años, se mostró hoy indignado por el deseo de Sánchez de aliarse con quienes quieren «acabar con España».
«Es una pena», dijo a France Presse, añadiendo que «no todo es bueno para permanecer en el poder».
La formación del nuevo gobierno español pasa por negociaciones con partidos nacionalistas e independentistas, y exigencias de grupos catalanes, que piden, entre otras cosas, amnistía para los implicados en procesos judiciales tras el intento de autodeterminación de Cataluña en 2017.
Para que Sánchez regrese al poder necesita el apoyo en el Parlamento de los partidos separatistas catalanes ERC (Izquierda Republicana de Cataluña) y JxCat (Junts per Catalunya).
La propuesta de amnistía para cientos de personas involucradas en el intento de autodeterminación de Cataluña en 2017, considerada la peor crisis política que España ha visto en décadas, ha sido criticada por la derecha y la extrema derecha, pero también dentro del PSOE.
El actual Primer Ministro, que ha estado tratando de aliviar las tensiones vinculadas al movimiento separatista desde que llegó al poder hace cinco años, se ha pronunciado en el pasado en contra de la amnistía. En 2021, indultó a los separatistas catalanes condenados a penas de prisión por su papel en el intento de autodeterminación.
Sánchez necesita el apoyo de al menos 176 de los 350 diputados para ganar la votación, prevista antes del 27 de noviembre. Si esto no sucede, España automáticamente tendrá que celebrar nuevas elecciones, probablemente a mediados de enero.
«Aspirante a especialista en café. Solucionador de problemas. Fanático de los viajes. Creador. Apasionado aficionado a la televisión».