Este país ha equilibrado su balanza comercial transformando el aceite de oliva en el “aceite” de su economía – Executive Digest

Túnez, un país que no tiene las vastas reservas de petróleo y gas de sus vecinos libios y argelinos, ha encontrado en el aceite de oliva no sólo un sustituto, sino un activo económico fundamental.

Aunque Túnez no está a la altura de otros países en términos de producción de aceite de oliva, el impacto de este recurso en su economía es notable. Este país africano ha utilizado el aceite de oliva como herramienta para equilibrar su balanza comercial, muchas veces deficitaria, señala 'elEconomista'.

En un escenario en el que la cuenta corriente registraba un déficit preocupante en relación con el PIB, las cifras de 2023 proporcionaron cierto alivio, con una reducción significativa hasta alrededor del 2,6%. Este progreso no sólo ha fortalecido las perspectivas externas de Túnez, sino que también ha atraído a inversores privados, lo que ha llevado a un aumento de las reservas oficiales.

La clave de este milagro económico reside en la diversificación de las exportaciones tunecinas. Además del turismo, que genera ingresos considerables, el sector del aceite de oliva ha desempeñado un papel crucial en la mejora de la balanza comercial. Con un aumento de las exportaciones y una reducción de las importaciones, impulsadas por la demanda internacional y factores internos, Túnez ha experimentado un cambio significativo en su situación económica.

Los economistas de JP Morgan explican que la expresión “el petróleo baja, el aceite de oliva sube” resume bien esta evolución. Incluso si el país evita las duras reformas exigidas por el FMI, el aceite de oliva sigue siendo un activo que le permite mantener su posición económica sin una dependencia excesiva de la ayuda externa.

Aunque el futuro sigue siendo incierto, con desafíos como la volatilidad de los precios del aceite de oliva y la necesidad de reformas estructurales, Túnez está decidido a seguir explotando su recurso más valioso.