lunes, septiembre 30, 2024
Economía¿La desaceleración actual es estructural o cíclica?

¿La desaceleración actual es estructural o cíclica?

China desempeña un papel importante en la economía global, y esto también se extiende a Brasil. Esta relación está marcada por una fuerte asociación económica, que abarca el comercio, la inversión y la cooperación en diversas áreas.

Atrás quedaron los días en que Estados Unidos era el principal destino de las exportaciones brasileñas. Hoy, el país asiático representa el 27% de todos los productos vendidos por Brasil al resto del mundo, lo que lo convierte en su principal socio comercial. Las exportaciones brasileñas al país de Confucio incluyen productos como soja, mineral de hierro, petróleo crudo, carne vacuna, entre otros. Esta relación es esencial para la balanza comercial brasileña, contribuyendo a los ingresos del país, dada su posición superavitaria.

Además de sus relaciones comerciales, China está invirtiendo en proyectos de infraestructura en Brasil, lo que contribuye a la creación de empleo y estimula el desarrollo económico. Estas inversiones afectan a sectores como la energía y el transporte. Los dos países también están buscando asociaciones en sectores de alta tecnología, como las telecomunicaciones y la energía renovable, que podrían impulsar la innovación aquí.

A nivel estatal, Minas Gerais, conocida por su rica producción mineral, se beneficia de la demanda china de mineral de hierro. China es el mayor consumidor mundial de este recurso, que finalmente reactiva la economía liderada por Romeu Zema.

Sin embargo, es importante resaltar que el país gobernado por Xi Jinping enfrenta varios desafíos cuya evolución podría impactar a sus socios comerciales. Las preocupaciones incluyen cuestiones de corto plazo, como un menor crecimiento de la actividad económica, y factores estructurales, incluida la debilidad del sector inmobiliario, tensiones geopolíticas y percepciones de un entorno empresarial interno degradado.

Al contrario de lo que se ha observado en muchos países, el proceso de reapertura pospandemia no ha sido tan apasionante en la segunda economía más grande del mundo. La tasa de crecimiento del PIB ha promediado el 4,1% desde 2021, por debajo de la tendencia observada en años anteriores (6,6%). La explicación de este ritmo más débil respecto a otras economías podría residir, además de en factores estructurales, en la ausencia de medidas de estímulo fiscal para las familias.

Mientras que otros países, incluidos Estados Unidos, países europeos y algunos países emergentes, han implementado grandes transferencias gubernamentales a las familias, impulsando así el consumo durante la reapertura post-Covid, China no ha adoptado medidas similares. Esto podría tener un impacto estructural mayor, particularmente dada la limitada red de seguridad social del país, que podría incentivar a los hogares chinos a mantener niveles más altos de ahorro.

Además, el ritmo de reapertura de la economía china no estuvo a la altura del del resto del mundo. Mientras otros países seguían flexibilizando sus políticas, China redujo sus medidas de estímulo en 2021. A partir de 2022, mientras China ofrecía medidas de estímulo, el resto del mundo las retiró. En este contexto, las exportaciones chinas han perdido impulso a medida que el consumo global ha pasado de bienes a servicios.

Otro desafío es que, ante los impactos de Covid, las autoridades han comenzado a centrarse en políticas destinadas a reducir la desigualdad de ingresos. Si bien el objetivo es loable, su implementación ha resultado difícil y podría tener un impacto negativo en el potencial de crecimiento, la confianza y el dinamismo del sector privado. Se han adoptado estrictas medidas regulatorias en sectores como la tecnología, la educación privada y el entretenimiento. Con un sector privado desconfiado, el dinamismo de la inversión productiva tiende a disminuir.

Finalmente, las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China se han intensificado, generando repercusiones negativas en la economía global. La inversión extranjera directa en la mayor economía de Asia ha disminuido significativamente, lo que indica un mayor aislamiento y una fuerte desaceleración. Por supuesto, esto afecta la demanda china de los principales productos de la lista de exportaciones de Brasil y Minas Gerais.

La desaceleración del crecimiento de China, combinada con problemas estructurales, señala la necesidad de un enfoque cauteloso por parte de sus socios comerciales. Aquí podemos sentir los efectos de esta situación, que requiere estrategias para enfrentar desafíos y explorar oportunidades emergentes en un escenario en evolución.

* Especialista en Educación Financiera del Grupo Suno. Socio fundador de Certoi, tiene experiencia como economista, trabajando en la gestión y elaboración de investigaciones y análisis socioeconómicos. Magíster en Estadística por la UFMG.

El contenido publicado en el espacio de Opinión no refleja necesariamente el pensamiento y la línea editorial del diario DIÁRIO DO COMÉRCIO, siendo los autores enteramente responsables por las informaciones, juicios de valor y conceptos divulgados.

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