El pasado sábado se registró un fenómeno cuanto menos insólito. Los habitantes de Yasuj, en Irán, fueron sorprendidos por cientos de peces cayendo del cielo, los El mundo.
En las redes sociales circulan vídeos en los que los lugareños recogen pescado estupefactos y aumentan las teorías, normalmente alarmistas, que intentan justificar el fenómeno. Pero la ciencia lo explica.
La precipitación es un fenómeno natural que se produce cuando el vapor de agua de la atmósfera se condensa y, en consecuencia, precipita. Aunque los seres vivos no se licuan, «fenómenos más extremos, como fuertes vientos o tornados, pueden producir movimientos ascendentes muy fuertes, lo suficientemente fuertes como para levantar a los pequeños animales» y luego hacerlos caer en otro lugar. Así explicó el fenómeno a PÚBLICO Paulo Pinto, que trabaja en la División de Previsión y Vigilancia Meteorológica del Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA). artículo sobre lluvias de animales.
Esta vez, la culpa fue de una tromba marina, según el IPMA, “un fenómeno meteorológico que consiste en un torbellino de viento, a menudo violento”.
Aunque es raro, esta no es la primera vez que se observa este fenómeno. En febrero de 2023, una ciudad australiana se llenó de peces en la carretera. Y, en 2007, le llegó el turno a las ranas en Alicante, España. Canarias en Estados Unidos en 1968 y cangrejos en Australia diez años después. En el libro, Esta lloviendo peces y arañas (2012), el autor y meteorólogo Bill Evans también amplía las posibilidades “a gusanos, calamares e incluso caimanes”.
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