Planta de energía fotovoltaica en el condado autónomo de Weining Yi, Hui y Miao, en la provincia de Guizhou, en el suroeste de China, el 6 de julio de 2023. (Xinhua/Tao Liang)
BEIJING, 22 jul (Xinhua) — Cuando se dieron a conocer los datos semestrales de crecimiento económico de China, algunos medios y analistas occidentales se apresuraron a soltar sus clichés pesimistas sobre la economía china.
¿La economía china se está quedando sin fuerza, como afirman, o está ganando impulso en el camino hacia el crecimiento normalizado? Una descripción general de su desempeño en la primera mitad brindará una respuesta clara y mostrará que su sentimiento sombrío sobre las perspectivas económicas de China es inconsistente con los hechos.
El PIB de China creció un 5,5% interanual en el primer semestre de 2023, según la Oficina Nacional de Estadísticas (NDE). Esta tasa de crecimiento está muy por encima del crecimiento del 3 % del país en 2022 y por encima de su crecimiento anual promedio del 4,5 % entre 2020 y 2022. A nivel mundial, esta tasa de crecimiento también es la más alta entre las principales economías.
Varias cifras industriales subrayan el impulso sostenido de la segunda economía más grande del mundo.
La producción de servicios de valor añadido aumentó un 6,4% interanual en el periodo enero-junio, acelerándose 1 punto porcentual respecto al primer trimestre. El sector servicios aportó más del 60% al crecimiento económico y el índice de actividad empresarial del sector servicios se situó en el 52,8% en junio, en zona de expansión por sexto mes consecutivo.
Con el lanzamiento de una serie de políticas de estímulo al consumidor, la contribución del gasto de consumo final al crecimiento económico alcanzó el 77,2 por ciento, un aumento significativo con respecto a la tasa de todo el año pasado, lo que subraya el papel cada vez más importante que juega el consumo en el crecimiento de la economía china.
En el primer semestre de 2023, teniendo en cuenta factores de precios, la renta disponible real per cápita de los residentes aumentó un 5,8 %. Esto indica un aumento sostenido en el ingreso de los residentes, produciendo efectos favorables en términos de aumento de la capacidad y disposición de consumo de las personas.
«El consumo ha mostrado una recuperación relativamente rápida, y su papel como ‘principal impulsor’ del crecimiento económico se ha vuelto prominente», dijo Zhao Tonglu, funcionario de la DNE.
El impulso para el desarrollo verde también está creciendo. La economía china ha mostrado una tendencia a volverse más verde. Durante la primera mitad del año, la producción de vehículos de nueva energía y células solares experimentó un fuerte crecimiento. El volumen de exportación de baterías de litio, células solares y vehículos eléctricos de pasajeros de China aumentó un 61,6 por ciento interanual.
Frente a un entorno externo complicado, China aún enfrenta desafíos, tanto para alcanzar su objetivo de crecimiento económico de alrededor del 5% para 2023, como para avanzar en su modernización industrial. A medida que el país redobla sus esfuerzos para cambiar el patrón de crecimiento, mejorar la estructura económica y acelerar el impulso de crecimiento, se puede asegurar una expansión económica constante.
China es capaz de lograr una tasa de crecimiento anual promedio de 5 a 6 por ciento para 2035, cree Justin Yifu Lin, decano del Instituto de Nueva Economía Estructural de la Universidad de Pekín.
El impulso de la recuperación económica de China no disminuirá, sino que se fortalecerá aún más. La tendencia al alza continuará junto con su funcionamiento económico normalizado y un crecimiento expansivo impulsado por la innovación, el consumo y la transformación verde. No hay duda de que China seguirá siendo una importante fuente de dinamismo para la economía mundial.
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